1. Quitarme las bragas


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Hetero Voyerismo Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    ... julio mis pezones se endurecieron y mi sexo se me puso ardiendo y muy húmedo; mientras yo movía mi melena rizada y pelirroja sin dejar de mirar fijamente a los tres jóvenes con mis ojos claros. El más guapo y corpulento de los tres, tras hablar bajito con los otros dos, se acercó a mi mesa muy sonrojado, pero decidido a la vez y, me dijo el jovencito: —Disculpe señorita, ver como se quitaba la ropa interior nos ha puesto a cien por hora, una pregunta, ¿usted alquila su cuerpo?, perdona, nos puede la curiosidad; ¿quitarse las bragas ha sido una propuesta a nosotros? —Mira, guapetón, tengo mucho calor y me he despejado un poco de ropa, ¡cómo te atreves a decirme, que si me alquilo, descarado!, ¡no tengo necesidad de alquilar nada!, por cierto: cuando me senté en la mesa no dejabais de mirarme descaradamente, ¿os estabais insinuando?, porque pensaba que os estabais ofreciendo, cobrando o no. —Disculpa pelirroja, pero es que esto no nos ha pasado nunca —dijo y se marchó a su mesa, más sonrojado que había venido a la mía y con la frente sudando. Se acercó el camarero y me dijo con un tono de voz audible para la otra mesa: —Señorita, ¿la están molestando estos chicos? _ En absoluto, no se preocupe, son un encanto —y se marchó. No podía resistirme a seguir provocarlos, más aún... abrí mis piernas, separando la una de la otra dos cuartas; la minifalda era tan corta que al separar las piernas no tapaba mi sexo, el cual, abultado y clarito, se hizo "el protagonista" de la tarde. Sin ...
    ... recato abrieron sus bocas los tres jóvenes en señal de "subidón carnal", diciendo en voz baja, los tres a la vez —¡qué pedazo de coño tiene la tía!— Efectivamente, siempre me lo han dicho, no solo lo tengo grande; tengo un bollo muy bonito. Levanté mi pierna izquierda cruzándola sobre la derecha y dejando, en esa postura, mi coño igualmente desnudo a la vista de los tres jovencitos, pero apretado entre mis muslos, haciendo que se me viera más abultado todavía, marcando una forma ovalada y muy sensual. Yo sabía que ellos me veían así, porque esa postura la había ensayado frente a mi espejo en mis sesiones fotográficas privadas, y sé a ciencia cierta, que mi coño visto de ese modo, ¡no es un coño cualquiera! Me sentí morbosa viendo cómo sudaban los chicos sin saber que hacer o qué decir. Llamé al camarero, que vino al momento, me cobró y me dio la nota. Me levanté de la mesa mirando de frente a los tres jóvenes, me alisé mi melena pelirroja y rizada sin dejar de mirarlos. Cogí mi bolso de la mesa y, a la vez que rebuscaba en su interior mi gire sobre mis tacones dando la espalda a la mesa de "los pimpollos". En ese momento dejé caer delante de mí mi barra de labios, di un paso lateral con mi pierna derecha, creando una abertura entre mis muslos, por la cual, la brisa que ascendía del mar refrescó la raja de mi empapado coño. Agaché mi espalda para, alargando una mano, coger mi barra de labios del suelo; pero como la minifalda me llegaba donde acaba mi blanco culito, al agacharme ...
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