1. VIENDO A MI YERNO


    Fecha: 04/04/2019, Categorías: Voyerismo Autor: elvia, Fuente: RelatosEróticos

    ... color gris. De vez en vez yo veía como mi yerno no dejaba de mirarme, desde la cara hasta las piernas, me daba no sé qué el estar tan velluda frente a él. De cuando en cuando me apretaba mi chongo en la nuca y le enseñaba sin querer las axilas repletas de pelos o cruzaba la pierna y tenía una visión de los vellos. Yo lo hacía sin saber, de una manera inconsciente. Estuvimos viendo la tele, en un comercial mi mirada se cruzó con la de él, yo me volví a arreglar el cabello poniéndome una liga, nos quedamos viendo uno al otro, el no dejaba de verme entre los brazos y yo platicaba con ellos muy quitada de la pena, como si nada. Fue ahí donde yo bajé mi vista sin querer y vi entre sus piernas de reojo, no podía creer lo que tenía justo ahí, bajo su pants se notaba un pedazo de bulto, se veía macizo, algo pesado. Lo medí, mis ojos no se podían despegar de ese pedazo de carne, estaba acomodado hacia su muslo izquierdo. Empecé a sudar de las manos, mi boca estaba hecha agua. No podía creer que mi yerno fuera dueño de esa cosa. Seguimos viendo la TV pero yo ya no ponía atención a nada, mi hija hablaba, no entendía lo que decía, yo ya muy disimulada y con el rabillo del ojo seguía observando esa parte de mi yerno. Mi yerno se levantó, fue por una coca, ese pants permitía verle todo. Caminó hacia la cocina y se le movía todo bajo el pantalón, se ve que tenía unos huevotes porque el gran bulto era muy escandaloso. Yo en más de veinte años sin sexo estaba ansiosa de seguir viéndolo. ...
    ... Traté de calmarme, “Elvia, es el esposo de tu hija” pensé, tratando de no mirar más la hermosa entrepierna de mi yerno. Se volvió a sentar y ahí estaba otra vez, el enorme bulto que conformaban verga y testículos, frente a mis ojos, ofrecido a más no poder. Sentía mi panocha arder, en años había estado así. La sentía jugosa, muy mojada, olorosa a mi. Yo tengo un olor fuerte, a hembra caliente, que es lo que soy. A mi nariz llegaba la esencia de mi araña, sentía los muslos resbalosos, una gran cantidad de líquido había salido por mis pantaletas, mojando mis piernas. Me volví a acomodar el cabello, él me volvió a ver las axilas repletas de pelos. Me levanté y les dije: “me voy a dormir, buenas noches”. “que descanses mami, dijo mi hija sin dejar de ver la tele; hasta mañana Elvia, dijo mi yerno. Al pasar junto a mi yerno eché la última mirada a su verga. “papacito, que ricura” pensé. Entré a mi cuarto, me desnudé toda. Me vi en el espejo, ahí estaba yo, una mujer de 62 años ansiosa de nuevo por sexo. Vi mi cuerpo, todo velludo, mi panocha llena de pelos lacios, gruesos, con algunas canas. Labios salidos, colgantes, mis muslos brillosos con los vellos pegados por mi lubricante. Mis senos chicos pero con unos pezones gordos, obscuros a punto de reventar. Estaba muy caliente, ansiosa de verga. Me metí dos dedos, solo eso hizo falta para que me viniera tremendamente, una venida fuete, larga. Lancé un gemido que tuve que callar, mis jugos salían mojando mi mano y cayendo al suelo. ...