1. Ana y el plomero recomendado por Helena


    Fecha: 12/04/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ana y el plomero recomendado por HelenaEsa mañana del viernes le dije Víctor que vendría un plomero, recomendado por Helena, para revisar el lavarropas, ya que no funcionaba muy bien.Mi dulce maridito tenía la cabeza en otra parte. Apenas dijo que volvería tarde esa noche y me dejó algo de dinero para pagarle al plomero.Cuando se marchó, yo aproveché para meterme en la ducha. Mientras me duchaba, empecé a tocarme, ya que Víctor en los últimos días había estado bastante estresado por su trabajo y llegaba a casa demasiado cansado como para cogerme. Estaba realmente ansiosa y entonces me relajé un poco acariciándome.Salí del baño y me fui a mi habitación para vestirme. Abrí el armario y escogí un vestido de tirantes ajustado al pecho, holgado de la cadera a los muslos y por encima de las rodillas. Una tanga blanca de algodón y unas sandalias de taco mediano. Me miré al espejo y me gustó como me quedaba ese conjunto.De repente, sonó el timbre de la puerta.Al abrir me encontré con el plomero que me había recomendado mi amiga; un hombre grande y fornido. Lo primero que hizo fue repasarme con la mirada de arriba abajo, como si estuviera calculando mi peso. Lo invité a pasar y lo guie hasta la cocina sintiendo como me desnudaba con la mirada mientras caminaba detrás de mí. Eso me puso un poco nerviosa. Antes de que pusiera darme cuenta de que algo estaba realmente mal, sentí que me abrazaba por la cintura y me levantaba en vilo, apretándome contra su enorme cuerpo.“Te voy a dar dos ...
    ... opciones”. Me susurró al oído sujetándome con firmeza.“Una es que colabores y hagas lo que te pida por las buenas…”“Dos, si vas a resistirte, seguramente vamos a terminar haciéndolo de todas maneras, pero antes vas a disfrutar de una buena paliza, se entiende, rubia?”Las dos opciones me provocaron una buena calentura, ya que la abstinencia sexual me tenía demasiado “alzada”. Sentí que en apenas segundos mi concha se humedecía y mojaba mi tanga de algodón.No quería que me dejara moretones o rasguños, así que le dije en forma entrecortada que lo haríamos por las buenas. Era la manera más sensata.El tipo sonrió satisfecho y me llevó en el aire hasta el sofá del salón, donde me arrojó sin demasiada delicadeza, quedando yo boca abajo, con mi cola levantada.Enseguida sentí que sus gigantescas manos desgarraban mi vestido en pedazos. Quise darme vuelta para pedirle que no fuera tan bruto, pero entonces con una mano me tomó por la nuca y me obligó a mantener la cara contra el sofá.Entonces pude escuchar un profundo suspiro y otro manotazo brutal destrozó mi tanga de algodón, haciéndola desaparecer de mi cuerpo.“Qué hermosura de conchita, rubia… tu marido te la coge bien??”Pero antes de que pudiera responderle metió dos dedos entre mis labios vaginales bien humedecidos, provocándome un grito de sorpresa más que de dolor….“Ahh, que pedazo de puta resultaste, rubia, apenas te toco y ya estás mojada…”Posó sus enormes garras en mis nalgas y las abrió muy despacio. De repente sentí su boca ...
«123»