1. No que no


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... un agradable olor a la vagina de la inconsciente señora.Aquél relamió a la mujer pero ésta no despertó, sólo gimió. Luego la dedeó, dilatando así la cada vez más jugosa gruta vaginal. Pero aún con eso no despertaba.Terminó por encuerarla por completo y él mismo se retiró también la ropa.Pese a que su contraparte aún permanecía en el limbo, Alberto hizo contacto sexo con sexo por vez primera con la Señora. Trinidad estaba a su merced.Cuando él deslizaba juguetonamente la brillosa cabeza por aquellos labios que parecían saborearlo cual boca de niña a dulce paleta, ella despertó.No fue fácil aceptar lo que le estaba sucediendo como realidad. Trinidad creyó por un segundo que se trataba de un sueño, o quizás una pesadilla. Luchó por encajar todo; por darle sentido. Estaba en un lugar oscuro. Su cuerpo, pese a su desnudez se sentía acalorado. Su espalda descansaba sobre algo mullido.Cayó en cuenta, por fin, de que estaba sobre retazos de tela. Aún estaba en la fábrica. Se hallaba en una de las bodegas y tenía como única compañía al Jefe de personal. Al Jefe de personal totalmente desnudo sobre ella y a punto de penetrarla sexualmente.¡A punto de...!—¡Nooo! —exclamó Trini. Pensando más en su marido que en sí misma.Pero Alberto no le hizo caso. Con las yemas de los dedos de su mano izquierda, inclinó su propio miembro masculino para guiarlo a la entrada sexual de la trabajadora.Fue así como aquella abertura recibió y tragó el pedazo de carne masculina. Carne que, por primera vez en ...
    ... su vida, no se trataba de la de su marido. Lo que tenía adentro, en ese momento, era sin duda un falo de mayores dimensiones que el de su cónyuge, y Trini lo sabía, era consciente de ello.Alberto Sánchez Medina se abrió paso a través de la casada señora. Dado el tamaño de su miembro, Sánchez Medina la sintió estrecha, pese a ya haberla dilatado bastante; más de lo que Gumaro jamás podría, pues él no se esmeraba particularmente en ello. Pero al Jefe de personal siempre le importaba que la receptora estuviera preparada a recibirlo, y eso era ponerla a punto antes de la penetración. Era importante pues, sólo así, la acción fluía bien para ambos.Y era verdad, el brillo que podía verse a lo largo del fuste de Alberto (mientras entraba y salía), no era otra cosa que el lubricante natural de la propia Señora Trinidad. Percibiendo la temperatura, movimiento y grosor del invasor, el cuerpo de Trini expulsaba aquellos jugos de forma espontanea, reaccionando de acuerdo al placer recibido.«No», aquel negativo monosílabo se repitió varias veces más, pese a ya estarse tragando tal calidad de carne en embutido. Y mientras que la boca de Trini expelía aquello como negativa, su organismo era un estallido de sexualidad y sensualidad. Su vibrante reacción a cada arremetida, parecía invitar a una fricción más constante y vigorosa.A diferencia de lo que la boca superior decía, la inferior estrechaba con aceptación y deseo al miembro acogido, abrazándolo contra las paredes del túnel que le quedaba ...
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