1. Lucifer y papá


    Fecha: 30/10/2017, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me los metiera de nuevo en la conchita, para darme a mamárselos de nuevo, impregnados de mis fluidos. Papá me susurraba si estaba dispuesta a ser penetrada por lucifer en el culo, para que no me lastimara la vagina. Le dije que sí, que hiciera lo que quisiera, pero que no se detuviera, porque yo ya estaba totalmenmte perdida de excitación. pero antes de empezar, hice algo que aún ahora me sorprende, pero que comprendo por el estado en que me encontraba. Yo ya había tenido sexo oral con papá varias veces, y en esta ocasión, al volter mi cara hacia un lado, me encontré con la verga de lucifer casi frente a mis ojos: el espectáculo fué increíble: era enorme, roja, con un bulto en la base que me hipnotizó de sólo verlo. Sin pensarlo demasiado, y mientras mi perrito me lamía la panochita y papi me seguía ensartando la lengua en el culo, yo me decidí y me metí la verga de lucifer en la boca, sin importarme el sabor que tenían sus liquidos, sólo tratando de corresponder con mi mascota el placer que me estaba dando. Al ver esto, papá me acercó su propia verga, y haciendo a un lado la de lucifer, me la metió hasta hasta el fondo de la garganta, como me ha enseñado, haciendo que me salieran chorros y chorros de saliva por mi boquita. Alternando una y otra, sentía el grosor y el sabor de ambas en cada arremetida que me daban por la boca. Era delicioso, quería quedarme así por más tiempo, pero papá decidió que ya era tiempo de iniciar la función con el desvirgamiento ( al menos por un ...
    ... perro) de mi ano, ya completamente abierto por los dedos y la lengua de papá. Papá me llevó a una banca que tenemos junto al árbol, me acostó boca abajo en ella, dejando en la orilla de mi cintura para abajo; estiré mis piernas para quedar de esta forma totalmente empinada, con mis pechos recostados en la banca, y las nalgas abiertas a mi futuro macho. Soy algo bajita, mido 1.50m, así que con esta postura, mi culo quedaba perfectamente ofrecido a la verga de lucifer, que se levantó para apoyarse en mi espalda, con la ayuda de papá, quien, en un gesto de comprensión, me comenzó a untar la entrada de mi culo y la parte interior de él con aceite bronceador, para hacer más tolerable la arremetida de que iba a ser víctima su hijita. Suavemente, deslizó sus dedos embadurnados, dentro de mi ano, haciendo que me relajara del nerviosismo que comenzaba a invadirme, sobre todo, porque el peso y la fuerza de lucifer me hacían sentir miedo de negarme a los caprichos del animal, que me gruñía si me movía demasiado. Me quedé lo más quieta posible, sintiendo los dedos de papá entrando en mis intestinos y la lengua del perro en mi nuca, con su aliento en mis oídos, mientras ma afianzaba firmemente por las caderas con sus garras. Papá tomo el miembro de lucifer y lo acomodó en mi culo, tratando de encaminarlo hacia su destino, mientras que el animal gemía y se movía tremendamente , urgido de penetrarme lo más pronto posible. estaba tensa y quieta cuando sentí el primer piquete en la entrada de ...