1. Historia del chip 021 - Un jefe, dos ojos - Kim 009


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Grandes Relatos, Lesbianas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos

    ... espectáculo que ofrecía. O no le importaba. No se trataba de la motivación que pudiera tener Niahm sino de la expresión de Juhani. Su semblante era de éxtasis inocente y de apreciación admirativa. Si hubiera notado que Kim estaba allí hubiera desviado la mirada y cambiado la expresión. Entonces Kim cayó en algo completamente distinto. La chica seguro que sabía que estaba siendo contemplada. Era imposible que no se hubiera dado cuenta al cabo de ese rato. Le gustaba. Como si les hubiera leído la mente, Kim supuso que eran amantes o lo serían. Se convertiría en la tercera mujer de Juhani. La atracción que vio era tan sutil, tan enhebrada que creyó que era un privilegio poder vislumbrar algo cuya cualidad rozaba lo etéreo, siendo tan real. Hiciera lo que hiciera rompería el hechizo, una extraña en medio de un conjuro mágico, los demás participantes danzando con sus ojos o sus siluetas recortadas. Ella era un elefante con zancos rompiendo todo a su paso. Así se sentía o imaginaba que se sentiría cuando se diesen cuenta de su presencia. Esperó al momento oportuno. Miró hacia Juhani. Los ojos apuntaban hacia ella. ¿Hacía cuanto rato? Con voz quebrada dijo: “Déjame contemplaros juntas” mientras señalaba hacia la ventana. Quería que se pusiera junto al otro objeto de deseo. Kim dejó el informe en la mesa para completar su misión inicial y se colocó frente a Niahm, quién por fin se percató de su presencia al aproximarse. La miró y dijo a su interlocutor: “Luego te llamo, chao.” Colgó ...
    ... y le cogió la mano a Kim. —Debes haber traído el informe. Te lo agradezco. Mira, me gustaría comer contigo algún día. Hoy mismo si puede ser. En ningún momento miró hacia la mesa o hacia Juhani, aunque seguro que era consciente de todo. Kim sintió algo de rubor. Llevaba su eterna falda corta. Hoy, precisamente, su top era ajustado. Así su perfil al contraluz también podría apreciarse. Tenía diez años menos que Niahm, pero no le daba consuelo alguno. Sentirse bella era una cosa, mostrarse bella otra distinta. Y disfrutar mientras te contemplan otra. Niahm había entendido en un instante lo que a ella le podría llevar toda una vida. A no romper los momentos mágicos. Esos que todo hombre anhela. —Hoy está bien, pero Juhani tiene una comida con otro cliente. Quizás prefieras quedar en otra ocasión— dijo Kim intentando librarse. Niahm negó enfáticamente. —No, casi mejor. A él lo tengo muy visto. Y, ahora sí, miró hacia y él le lanzó una sonrisa. Entendiendo el juego, Kim lanzó otra. ¡Qué remedio! Que comparase todos los aspectos que quisiese. Sabía de sus gustos. Niahm y Kim se miraron con curiosidad antes de empezar con la ensalada que habían decidido. Niahm habló primero. —No te sientas cohibida por lo de antes, en el despacho. Siempre estamos jugando a este tipo de juegos. Kim esperó a que continuase. —La verdad es que soy casi su tercera mujer. Aceptaré serlo si me lo pide. Kim pensó que Juhani estaría loco si no se lo pedía. Por otra parte, se sentía incómodo conociendo estas ...
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