1. Puede hacerse realidad


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mientras él seguía con sus embestidas. Le abrazaba por los hombros y le acariciaba por mis manos desde sus hombros hasta sus nalgas, que notaba duras a cada envite. Su lengua recorría mi boca, mi barbilla, mis mejillas, mis orejas y mi cuello incansable, rociándome la piel de saliva. Sin dejar sus violentas embestidas, se arqueó sobre sí mismo y fue deslizando su lengua desde mi cuello por mi pecho hasta tocar mi pezón derecho con su lengua. Sentí un calambre de placer y un gemido agudo escapó de mi boca. Jugueteó con mi pezón durante un rato, rodeándolo con su lengua hasta que de pronto, se lo introdujo en la boca y comenzó a chuparlo con fuerza. Mi cuerpo se arqueó de placer echando mi cabeza hacia atrás. No pude impedir clavar mis uñas en su espalda ni reprimir una serie de gritos de placer que duraron hasta que se retiró. Te gusta que te coman los pezones, ¿eh? Nunca lo habían hecho, sigue por favor. Ahora el otro. Se introdujo el otro pezón en su boca chupándolo con fuerza. Yo sentía en mi pecho el roce de la barba incipiente de su cara, mientras chupaba con fuerza el pezón, que en ocasiones mordía disparando así mis gemidos. Sentía cómo mi polla, oprimida por su peso, deseaba ser meneada. Siguió chupando alternativamente mis pezones interrumpido únicamente en pequeños instantes para meterme su lengua en la boca, ...
    ... mientras yo me veía en un mar de movimientos extertóricos y una nube de gemidos que a veces eran gritos que se escapaba de mi boca cuando no la tenía inundada por su lengua. Si sigues me voy a correr. Córrete. Se levantó de mi cuerpo extendiendo los brazos, lo que aproveché para masturbarme y llegar a un orgasmo abrasador y prolongado. Mientras me corría, mi culo se contraía como en la otra ocasión, lo que le produjo gran placer a juzgar por sus gemidos. Siguió acelerando y penetrándome cada vez con más fuerza hasta que de pronto, sacó su polla de mi culo, la tomó con su mano derecha y de un salto la acercó a mi cara. A una cuarta de mi cara, su polla lanzó un chorro de semen que la cruzó, desde mi mejilla derecha hasta mi ceja izquierda. Parte de ese chorro cayó dentro de mi boca abierta. Siguió acercándose, tomó mi cabeza con su mano izquierda y la acercó a su polla metiéndomela en la boca. En ese momento, la soltó y sujetó mi cabeza con ambas manos. Un nuevo chorro de semen salió disparado de su polla directamente dentro de mi boca. Movió mi cabeza ligeramente y nuevamente salió otro chorro de su polla. No tuve más remedio que comenzar a tragarme aquel manantial de semen espeso y caliente para no ahogarme. No recuerdo cuántos chorros salieron de aquella enorme polla, pero me parecieron, igual que con Max, varios litros. 
«12...9101112»