Supertanque -2 - Relatos Eróticos

Supertanque -2

... hacemos. – Pues serás el primero. Por lo que sé, no da ni chapa, sólo pone el nombre. – Y alegra la vista. – Sí, claro. Pero están a punto de echarla de universidad y es posible que se halla buscado un tío listo como tú para que la haga el trabajo. – Cuando deje de pagar, a la mierda con ella. O no, total, hay que aprobar el examen y por el momento es lo único que me ha pedido. – Tú mismo, yo te he contado lo que hay... – Gracias colega, veré lo que hay y lo que se puede sacar... Algo no encajaba, evidentemente... de hecho, ¿Había algo que encajara en toda esta maldita historia? Me estaba esperando a la salida de clase – Bueno chicos, me parece que hoy voy a regresar un poco tarde. – Pasa de ella. – ¿Tú lo harías? – Ni cortándome manos y piernas, pero ten cuidado. – Es un asco tener polla, pero no me imagino sin ella. Podéis adelantaros. – A por ella tigre. – Grrrrrrrrrrrrr... Y cuando al cabo de un rato nos quedamos solos. – ¿Vas a convertir esto en una costumbre? Los rumores vuelan. – Tengo que hablar contigo. – ¿Es así como piensas obedecerme? Te dije a casa, a pensar en lo nuestro. – Tengo que hablar contigo, es importante. – Lo tuyo siempre es importante. El centro del puto mundo, del puto sistema, de la puta galaxia, del puto universo. Sabes, yo tenía una vida de puta madre antes de conocerte y ahora solo tengo putos problemas. – ¿Qué tú tienes problemas? – Sí, muchos. Todos ellos relacionados con una puta, con su puta familia, con su puto novio gay, ¿Te suenan de ...

... algo? Y no me mires así, ahora que la polla guarda silencio, es el cerebro el que manda y estoy sembrao. Escucha y escuchame atentamente, ¿Tu ves capaz de abandonar a tu familia? – Gracias a Dios que no me pediste eso, por que no puedo hacerlo. – No, claro que no... Mucho más fácil beber orina y comer mierda. Yo tampoco puedo hacerlo y también prefiero beber del retrete antes de pisar una iglesia, ¿Estamos? Tu y yo ya hemos terminado. Tu con tu mierda, yo con la mía, y Dios en la de todos. – ¿Qué? ¿Cómo puedes decirme eso después de lo de esta tarde? – Como si fuera la primera a la que... Pero si ni si quiera te he follao, que estoy diciendo. – He venido para decirte... – Una puta mierda, eso es lo que me tienes que decir. Una puta mierda, como todo lo que sale de tu boca. Así que, se acabo Silencio. – ¿Es eso todo lo que tenías que decir – preguntó ella tranquilamente. – Creo que no me he dejado nada, sí. – Entonces, ¿Vas a escucharme? – No. Mira, ni si quiera se si tu mierda de historia es cierta o no. – Cada palabra. – Si tú lo dices... A mi me han contado que engatusas tíos para no dar ni chapa y que están a punto de expulsarte de la universidad – ¿Y te lo crees? – Conmigo no das ni chapa. – Te estoy pagando. – Quince miseros euros, y hemos tenido 6 horas de clase. ¿Dónde están los 75 restantes? Y por cierto, ¿Qué tan cerca estás de que te expulsen? – Solo aprobé 3 este febrero – me confesó avergonzada. Silencio – Si lo que querías es ayuda para sacar adelante tus exámenes, ...