1. Tu rosa


    Fecha: 03/11/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... nadie para plantarme un sonoro beso. Después me dijo: "Me voy, nos veremos". Yo sonreí y me di la vuelta hacia mi casa. La mañana siguiente, cuando me dirigía caminando al estudio del pintor para el que posaba desnuda a cambio de comida, por una calle estrecha y empedrada del Centro vi al payo. Iba acompañado de una mujer. Ésta lo tenía cogido del brazo. Me fijé en la mujer: era rolliza; bajo su larga falda negra se perfilaba el grosor de sus muslos y la magnificencia de su culo; y, aunque algo tapados por el abrigo de astracán, sus protuberantes pechos tensaban las abotonaduras que los protegían; su cara, redonda y graciosa, era rubicunda y su melena morena y rizada reposaba sobre sus hombros. Ya me podía hacer una idea de las noches amorosas que compartían en pensiones de habitaciones por horas, ya. Ella a cuatro patas jadeando mientras mi payo la bombeaba por detrás, esa exuberancia carnal desparramada sobre unas sábanas mugrientas después de haber realizado el coito, o antes, mientras mi payo le comía el coño grasiento. Ya me podía hacer yo una idea, ya. "Mi gitana es muy guapa, y su figura esbelta, delicada pero plena de femineidad, me invita a ensoñar a que un día la posea, sea enteramente mía; por el momento sólo me la chupa cuando encarta porque dice querer conservar su rosa y me conformo, sin embargo quiero conquistarla, quiero saborear su piel morena, quiero llegar a la cima del placer con ella; sé que será difícil pero es lo que más deseo; no es que me vaya mal ...
    ... con mi novia, no, ella también me la chupa, aunque nunca me deja terminar en su boca; eso sí, pasamos horas en pensiones baratas amándonos, su voluptuoso cuerpo pide sexo a todas horas y yo la debo contentar; como no podemos usar condón porque estamos en guerra y estos están reservados para los militares, hacemos la marcha atrás, vuelco mi semen sobre su fofa barriga; pero lo que más le gusta a ella, y a mí, es que la folle por el culo; se quita la falda, las enaguas, las bragas y se pone a gatas sobre la cama, entonces, así, con la camisa puesta y los zapatos de tacón, me dice: "Vamos, pichón, a qué esperas"; yo me quito los pantalones y el calzón y la cubro como un caballo a su yegua; ella grita cada vez que la embisto; sus carnosas nalgas tiemblan cuando mi polla entra y sale de su agujero; arquea ella su espalda para tomar impulso hacia atrás, para que mi miembro le llegue más profundo, y grita más fuerte, tanto que hasta la dueña de la pensión da golpes de amonestación en la puerta; ah, pero el clímax le llega y a ella le da igual, para eso es la que paga; a veces mi novia, en un repente, me exige que le coma el coño, entonces entramos en la primera pensión que nos salga al paso, se desnuda completamente en la habitación y se tumba sobre las manchadas sábanas; sus tetas gigantes caen hacia sus costados; yo comienzo a chupárselas y ella gime contenta; luego voy bajando hasta su pubis y le introduzco la lengua y dos dedos en su raja; sus vellos rizados y negros me hacen ...