1. Sexting


    Fecha: 03/11/2017, Categorías: Sexo Virtual, Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues

    ... hace mucho, y sentía que era una olla de presión lista para reventar en cualquier momento. Me sinceré con él y le dije que aún era virgen, pero que deseaba tener sexo y que mi novio (en ese momento) me tenía muy olvidada. Él me respondió dulcemente y me dijo que era un desperdicio tener a una mujer tan caliente como yo guardada como muñequita de porcelana. Debo admitir que eso me prendió, el hecho de que a una le hagan halagos creo que es lindo, pero cuando son palabras mayores inconscientemente lo disfrutas. Sin darme cuenta ya estaba haciendo sexting con él, comenzó a mandarme cosas como “no sabes lo que te haría, te agarraría de las tetas y me haría una paja hasta lecharte toda”, “te penetraría tan duro hasta que mis huevos saltaran en tus nalgas”, “cuando me chupes la polla vas a desear que te entre en ese coñito apretado que tienes” y cosas por el estilo que mi novio nunca me había dicho, y que comenzaron a excitarme poco a poco. Sentí que me estaba humedeciendo y me cosquilleaba todo, desde mi sexo hasta los dedos de mis manos. Yo me hacía la difícil, diciéndole que era muy joven, que tenía 21 años y que quizás no iba a ser lo suficiente mujer para él. Me encantaba ponerlo al 100% y sé que me seguía el juego porque me decía que él me iba a hacer lo que el cabrón de mi novio no podía. Me parece que él tenía más de 50 años. Y así estuvimos mucho tiempo, alrededor de 3 meses en los que realmente no me importó la desaparición constante de mi novio, incluso cuando lo veía ...
    ... lo recibía con mejores ánimos que las primeras veces. Cuando lográbamos hablar entre semana, hacía que él se fuera a acostar y le mandaba mensajes inmediatamente al hombre de mi página. No me había enamorado en lo absoluto, pero me excitaba demasiado y era un neceser para mí buscarlo y seguir hablando con él. Me decía que cuando me encontrara me lamería el coño con tanta dedicación que haría que me corriera 10 veces al menos. Una noche me empezó a mandar fotos de su verga, preguntándome que me parecía. Era linda, no muy grande pero bastante cabezona, de tronco grueso y venas bien marcadas. No sé por qué me volví a sentir caliente, y le dije que me gustaba. Esa misma noche simulamos una situación donde yo le hacía una mamada y él me cogía repetidas veces hasta el amanecer. Era tan bueno escribiendo y un amo de las palabras que logró hacerme mojar como nunca y terminé masturbándome, conteniendo la necesidad de gritar con cada orgasmo que tuve. Así seguimos durante mucho tiempo, me mandaba videos con su verga erecta y se masturbaba frente a mí. A pesar de que yo nunca le mandé fotos, le escribía lo que me gustaría hacerle a su verga, a sus huevos y a su culo, y él se prendía más y más al grado de que llegué a ver cuando terminaba y su leche caliente quedaba dispersa frente al escritorio del computador. Volví a mi asunto del sexting y volvía a disfrutarlo, sin decirle nada a mi esposo. Cuando me llegaban mensajes de otras personas de ese tipo los respondía, y armaba con ellos ...