1. Un fugaz encuentro con el esposo de Helena


    Fecha: 21/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... casi al borde del orgasmo.Recordaba cada palabra sucia que me susurraba al oído mientras me tomaba desde atrás; las palabras sucias que yo le pedía.Mis dedos entonces instantáneamente se aceleraban, en círculos cada vez más amplios, a cada instante más húmedos…Por fin se oyeron pasos en la escalera.Quieta, conteniendo la respiración, podía oír los latidos de mi propio corazón acelerarse.La puerta de la habitación se abrió muy lentamente; Jorge me miró desde el umbral y sonrió. En ese momento, sentí una especie de pudor que me hizo cubrir mi pubis depilado con mis manos…“No es la primera vez que te veo en bolas…” Susurró Jorge.Era verdad; ya me había cogido en más de una oportunidad, varias veces inclusive con el consentimiento de Helena. Su verga era muy gruesa, me volvía loca, en especial el ritmo de su bombeo y su virilidad incansable. Jorge podía coger durante horas…“Hmmm, me muero por saborear ese cuerpito…”Dijo, mientras comenzaba a desvestirse.Se acostó a mi lado y empezó a besarme suavemente.Fue bajando lentamente con la lengua por mis hombros y se detuvo en mis tetas. Comenzó a alternar su lengua con los dientes, pellizcando suavemente mis pezones. Cerré mis ojos y me abandoné al placer que este turro me daba…Mis dedos volvieron a mi clítoris, agregando más placer todavía,Jorge siguió lamiendo mis pezones, pero sus manos bajaron por mi cuerpo. Sus largos dedos pronto rozaron mi entrada anal.Encontraron mi pequeño plug y ...
    ... notaron la humedad que empezaba a deslizarse entre mis muslos abiertos, empapando las sábanas.Entonces su cabeza bajó hacia mi clítoris. Yo aparté rápidamente mi mano, a pesar del placer que me estaba dando.Jorge acercó su boca a mi vulva depilada y la saboreó sin reparo.Con sus dedos separó mis labios suavemente e inició el ritual oral.Mi clítoris brotó insultante, en el acto, dispuesto para ser adorado por su lengua; un pincel con el que Jorge pintaba obras maestras.Sus labios cubrieron mis otros labios, mientras sus dedos movían el resorte del gozo anal, gracias a mi pequeño juguete rojo…Se detuvo para mirarme gozar, pero entonces lo insulté:“No pares ahora, hijo de puta… o te mato…” Le grité desesperada.Con la frenética yema de su dedo mayor entrando en mi concha, su aliento condensando mi vulva y esa lengua mágica y habilidosa electrizando mi clítoris, el muy turro tiró del plug sacándolo de un solo golpe.Entonces me convertí en una horda de miles de espasmos y convulsos chillidos jadeantes. El orgasmo había golpeado con más ímpetu que nunca antes. Y así entregada y totalmente vencida, tiré la toalla, pidiendo que alguien viniera a res**tarme de tanto gozo.Unos segundos después, me animé por fin a abrir mis ojos y lo vi mirándome, sonriendo con una expresión casi diabólica…Con el aliento acelerado y la voz entrecortada, pude preguntarle:“Hijo de puta, qué me hiciste…?”Por toda respuesta, él comenzó a vestirse:“Me debes una, Anita…” 
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