1. abuela incestuosa


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Estoy cerca del centenario, ya soy historia, sin embargo no deseo dejarlos sin que se enteren de mi turbulenta vida Estoy cerca del centenario, ya soy historia, sin embargo no deseo dejarlos sin que se enteren de mi turbulenta vida sentimental. Soy una dama nacida por los años 20 en una estancia inmensa, casi un decimo de provincia, sobre la cordillera, con un entorno natural de ensueño y en cuna de oro. Uno de mis abuelos fue oficial al servicio de Roca cuando le quitaron las tierras a los indios, le regalaron un campo inmenso que lo agrando como diez veces comprando a los otros militares sus parcelas, ya que la mayoría quería metálico y no tierras, ese metálico a casi todos le duro poco entre taba, cuadreras y putas. Mi abuelo era de familia rica del norte pero no solo invirtió parte de la riqueza de su padres sino que en base a préstamos, hipotecando los campos fue adquiriendo otros y así sucesivamente, con la venta de los más distantes, fue amortizando sus deudas y finalmente mi padre heredo 18 estancias y propiedades en ciudades incluso en la capital, donde la familia al nacer yo, estaba construyendo un palacio que hoy es embajada. Podridos en plata. Fuimos dos mujeres, mi hermana cinco años menor y yo la descendencia de esta rama familiar. Mi infancia fue entre ciudad y campo, y en mi pubertad odiaba al campo, no había la joda de la ciudad, y yo desde muy pendeja era muy putita. Los machos citadinos eran más limpios, delicadamente seductores, afeitados con vistosos ...
    ... bigotes, los del campo todo lo contrario, barbudos, pelos por doquier, olores extraños, algunos excitantes, (ese inconfundible a bolas sudadas), de manera que cuando mis humores pedían brutalidad la buscaba en las estancias. Era época que mi padre y mis tíos rabiaban porque años antes les habían arrebatado el gobierno y estaban disminuyendo sus sucios negocios, eran todos conservadores. Tenían confianza en mejorar con el nuevo rumbo político. Fue un sistema populachero que soliviantaba a la peonada y las cosechas se resentían por ello, por la falta de lluvias, para colmo aparecieron langostas que lo devoraban todo. Disminuyeron los viajes a Europa y hubo que atender más de cerca al negocio. A mí me venía bien porque coger con los franceses e ingleses no me apetencia, para eso no hay mejor que una buena morcilla local. No obstante alguna foránea de paso no la rechazaba. Era una bala perdida y mis padres no sabían cómo controlarme, contando con que mi madre se opuso siempre a que me internaran en un convento. Recibí instrucción elemental con maestras en casa, y clases de piano con un señor que dejo un recuerdo imborrable en mi. Me desvirgo. Tenía solo 13 años. Ocurrió una tarde, sobre una silla, yo estaba en pleno periodo, pero no le importo, al contrario me dijo, si hay sangre se confundirá con la de tu regla. Recuerdo que no pidió permiso, me arrincono y me dio un beso, me gusto el beso y la arrimada, me levanto las enaguas y me acaricio mi lampiña concha, saco su pija y me puso ...
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