1. Con mi padre y el entrenador...


    Fecha: 29/06/2019, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... mejor que te dé un masaje – concluyó el entrenador – volviendo a recorrer el camino de la rodilla al muslo, y esta vez, el dorso de su mano alcanzó a rozar los testículos de Ricardo, apenas por unas centésimas de segundo, pero lo suficiente como para que el pene del muchacho respondiera.Creo que ya estoy mejor – dijo Ricardo aferrando la toalla, nervioso de ser descubierto.Ni hablar – dijo el entrenador – aquí mando yo. Acuéstate boca arriba – señaló el banco.Ricardo re recostó sobre la banca acolchada. Tuvo buen cuidado de acomodarse bien la toalla, mientras el entrenador iba a buscar un ungüento para el masaje.Vamos a ver – dijo al volver – dobla la pierna un poco.Ricardo obedeció, y aunque trató de evitarlo, la toalla cayó hacia abajo, dejando el muslo desnudo. Sólo esperaba que el entrenador no se fijara en su pene, que ya estaba con una media erección.Aquí esta el tirón – dijo el hombre masajeando la pantorrilla.Sus dedos corrían ahora suavemente gracias a la aceitosa medicina. Después de unos minutos con la pierna doblada, el entrenador la extendió hacia arriba. Ricardo sintió el fresco aire en sus huevos y se sintió mortificado de estar mostrando tal vez mas de lo que debiera. Trató de acomodarse la toalla, sin que el entrenador hiciera ningún comentario.Date la vuelta – pidió entonces el hombre.Ricardo se dio vuelta sobre su estomago. Se sentía mas seguro de aquel modo, y pronto se relajó con el experto toqueteo del entrenador, cuyas manos comenzaron a subir poco a ...
    ... poco. Pronto sintió las fuertes manos dándole masaje a la parte posterior de los muslos, ascendiendo y ascendiendo, hasta rozar la base de sus nalgas.Te gusta, verdad? – preguntó entonces el entrenador.Algo en la frase prendió un foco de alerta en el muchacho, pero desechó sus pensamientos. Se trataba del entrenador, se recordó a sí mismo y se tumbó de nuevo, tratando de tranquilizarse. Ahora los dedos del hombre se acercaban con mayor confianza. Ricardo aun trataba de convencerse a sí mismo que aquello no significaba nada cuando la mano subió por la perfecta curva de su trasero. De inmediato se tensó, pero la mano descendió nuevamente, para volver segundos después, esta vez para agarrar la nalga con toda la palma.Ricardo no dijo nada, y la mano volvió una y otra vez, sobando el bien formado trasero del muchacho cada vez con mas confianza. Un dedo recorrió la raja entre sus nalgas, bajando lentamente hasta llegar a su ano acariciándolo suavemente. Aquello rebasaba todo lo imaginado.Será mejor que me vaya – dijo Ricardo poniéndose de pie nerviosamente – se me hace tarde.El entrenador no dijo nada. Le miró en silencio y con cara de pocos amigos.Sí, mejor vete – dijo dirigiéndose al lavabo para lavarse las manos – nos vemos mañana.Ricardo se vistió rápidamente y se marchó. En el camino a casa rememoró todo lo ocurrido y una permanente erección le acompañó en sus pensamientos. No le gustaba admitir que el incidente le había encantado, y trató por todos los medios de olvidarlo, pero ...