1. Inmigrante (05)


    Fecha: 04/07/2019, Categorías: Infidelidad Grandes Series, Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... de veces. Metió en su boca el glande, todavía cubierto en gran parte por la piel, y empezó a chuparlo a la vez que seguía pajeando. -Mmmmm. –Era el sonido que emitía, además de los habituales de la felación. Alternaba metiéndosela toda en la boca, hasta que sus labios chocaban con mi pubis, para volver a sacarla succionando, y bajar, recorriendo con la lengua, el agujero, glande, frenillo y tronco, llegaba a los huevos, los lamía y chupaba, volviendo a subir nuevamente para metérsela entera. Cuando alcanzó tamaño y dureza suficiente, y sobre todo cuando alcanzó su máximo esplendor, se dedicó a tragarla, poco a poco, hasta que consiguió que toda entera cupiese en su boca. Se la sacaba, la recorría con su dedo, dejando que rozase la uña, la pajeaba un par de veces, y volvía a metérsela nuevamente. -¿Te gusta como lo hago? Me preguntó una de las veces que se la sacó, sobre los hilos de babas que la unían a su boca. -Sii. Mucho. Has aprendido bastante. ¿Te has entrenado con alguien? -No, pero mi ordenador echa fuego de la cantidad de páginas porno con fotos, vídeos y relatos que he visitado. También me he comprado una polla de goma. -¿Mejor que esta? -Como esta no he encontrado ninguna. Y continuó con la mamada. Se había convertido en una experta. Pronto me llevó al borde del orgasmo, pero yo tenía otro interés. La hice ponerse a cuatro patas en el borde de la cama, me arrodillé en el suelo y me dediqué a comerle el coño, al tiempo que mojaba el dedo en mi saliva y con él, ...
    ... acariciaba su ano y presionaba para abrirlo. -Oooooh. Que gusto. Tú también sabes comer bien un coño. Y eso que me haces en el culito me está dando mucho morbo. Poco después, echó la mano atrás para presionar más mi cabeza y se corrió. -Aaaaahhhh. Siiii. Qué ganas teníaaaa. Yo mantuve la presión sobre su clítoris hasta que acabó de correrse y continué comiéndoselo y acariciando su ano. Cuando ya entraba el dedo, me separé ligeramente para poder alcanzar un frasco de lubricante que una marca de preservativos acababa de sacar, y que anunciaba que tenían de distintos sabores. A partir de ese momento, mojaba mi dedo en el lubricante y se lo metía en el culo, luego metí dos y más tarde tres. Y efectivamente, el lubricante que escurría, tenía sabor a fresa. Ella seguía con sus gritos y gemidos. -Ooooohhhh. Cómo me haces disfrutar. -¿Más que tu marido? –Pregunté con ánimo de cortarle el placer. -No te pares, cabrón. Sii. Más que mi marido, que no pasa de una sosa corrida. Disfruto más cuando me acaricio yooooo. Me corrooo. Calculé que estaba preparada, me puse en pié, lubriqué bien mi polla, le di varias pasadas por la entrada de su coño y directamente la llevé hasta su ano donde la apoyé y fui presionando despacio pero con firmeza hasta que entró el glande. Ella me decía: -Noooo. Por ahí no que dolerá mucho y la tienes muy grande. Tuve que recurrir al chantaje. -O por ahí y ahora o a tu casa y para siempre. A mí no me niegas nada. -Por favor, con cuidado y despacito. Y detente cuando te ...
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