1. Sorpresa a Elena


    Fecha: 12/07/2019, Categorías: BDSM Fetichismo Primera Vez Autor: Natayfresas, Fuente: xHamster

    ... trastabillándose contra mis muslos y su boca se embriagaba de la mía. Ambas muñecas luchaban contra las esposas. Y gracias, a que estas se encontraban forradas, las marcas dejadas sobre mi piel no me produjeron heridas; poco más podía hacer que una rendición sin condiciones.Su miembro se introdujo en mi cavidad bucal, primero despacio y cada vez más profundo. El oxigeno entraba con dificultad pero el suficiente para no sentir la sensación de ahogo. Lo entraba y lo sacaba compulsivamente. Mientras abría la cremallera de mi braguita dejando expuesto mi sexo a su boca. Me moría de placer y de ganas de que me penetrara. Las mejillas me ardían y mis pechos endurecidos deseaban ser presionados por unas manos que no podía usar.Su lengua me recorría y entraba en mi.- ¡Follame… por favor…!-. ¿Lo dije o sólo lo pensé?. No, nunca pronuncie tales palabras pero así me vi, suplicándole entre palabras mudas pues tal era el deseo que encerraba ese momento.Cuando hubo acabado y se sació de practicarme el oral. Se colocó entre mis piernas frente a mí. Tomó el par de almohadas que teníamos y las situó bajo mi espalda a la altura de las caderas. Mi pubis, así como el abdomen quedo elevado y mi cuerpo formando un arco. En esa posición la penetración sería totalmente plena. Como así fue.No lo hizo con prisas. Más bien todo ...
    ... lo contrario. Se tomó su tiempo. Tiempo que me pareció eterno. Luego, la fue introduciendo lentamente hasta que sus testículos chocaron contra mí. La sensación de plenitud fue total. Los jadeos sordos comenzaron a golpear sus oídos mientras Etienne se mantenía erguido, de rodillas entre mis piernas abiertas y esposadas.Las embestidas eran rápidas y fuertes. Sus manos se posaron sobre mis desnudos pechos asomando mis pezones entre sus dedos que se clavaban en ellos. Mis ojos se cerraban ante el empuje que su sexo ejercía en el mío. Perdí la cuenta de mis orgasmos…El sudor le caía por la frente, su torso brillaba sudoroso. Quería acariciárselo pero aquellas esposas lo evitaban.Sacó su miembro erecto y sumamente duro de mí. Se quitó el preservativo quedandole el miembro desnudo sobre mi pubis. Solo tuvo que tocarse un par de veces y su semen surtió como si de una fuente se tratase, cayendo sobre el corsé de látex y sobre la braguita negra, creando así un reguero que terminó sobre las sabanas.Cayó sobre mí con la delicadeza de una hoja seca del árbol y me besó suavemente .Y así, juntos quedamos profundamente dormidos.Cuando desperté, además de su ausencia en la cama, me encontré liberada de mis ataduras y en compañía de una rosa roja dispuesta con una nota.“Como siempre un placer sublime, petite Elena…..” 
«123»