1. La reeducación de Areana (18)


    Fecha: 26/07/2019, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... lastimarla, acordate. Lucía suspiró aliviada. -¿Y para cogerla? –quiso saber. -Le voy a decir a Milena que te reciba cuando quieras, pero siempre después de las siete de la tarde, porque ella y su mami reciben visitas hasta esa hora. ¡Ay, gracias, señora! –exclamó Lucía, entusiasmada y preguntó: -Puedo ir con mis dos amigas, ¿no? -Claro que sí, cachorra, pero ya estamos hablando demasiado, ¿no te parece? Lucía la miró con expresión interrogativa y entonces Amalia le aclaró: -Quiero tu lengüita, nena, y a ver qué tal lo hacés… -y sus ojos envolvieron a la chica en una larga y lasciva mirada que revelaba su excitación. -Sí, claro, señora. –dijo Lucía y Amalia se tendió de espaldas con el culo apoyado en la almohada doblada en dos, para elevarse a la altura conveniente mientras sentía que se estaba mojando otra vez. Encogió las piernas, separó las rodillas y Lucía se acomodó entre ellas para hacer su tarea. Mientras se inclinaba advirtió las gotas de flujo que brillaban en los labios externos y sin que el Ama se lo pidiera lamió ese jugo cuyo sabor no le era desconocido por haberlo probado de sus amigas Rocío y Guadalupe. Después entreabrió los labios vaginales y hundió su lengua entre ellos para ponerla a recorrer de arriba abajo esa húmeda cavidad. Por un lado y por el otro, una y otra vez. Amalia comenzó a mover sus caderas de un lado al otro, caliente y admirada de ...
    ... la habilidad que mostraba la adolescente. La lengua la recorría por ambos lados de la vagina y cada tanto se hundía como una cuchilla endiablada y salía después para quedar a la espera detrás de los labios que apresaban el clítoris y lo sometían a la deliciosa tortura de la succión. Amalia gemía y respiraba por la boca y de pronto corcoveó al sentir que un dedo de Lucía se le metía en el culo sin delicadeza alguna y luego otro y enseguida el movimiento de ida y vuelta en tanto la lengua de la chica seguía haciendo de las suyas en su concha convertida en una catarata. La adolescente bebía todo ese flujo que la iba embriagando, sin dejar de lamer, besar y succionar muy caliente y halagada por los jadeos de Amalia que pronto se transformaron en gritos ininterrumpidos hasta la explosión final, que la encontró bañada en sudor. Más tarde, luego que ambas se hubieron duchado y vestido, Amalia la acompañó a la puerta de entrada al edificio y una vez en la calle le dijo: -Oíme bien, putita. Estás bajo mi dirección, bajo mi autoridad. Venís cada vez que te cite y cuando quieras llamás a Milena y te das una vuelta por el departamento para cogerte a Areanita. ¿De acuerdo, bebota? -Sí, señora, totalmente. –aceptó Lucía. Ambas se despidieron con un beso en la boca y Amalia se quedó mirando el rítmico meneo de esas deliciosas nalgas hasta que la chica dobló en la esquina. (continuará) 
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