1. En prisión


    Fecha: 30/07/2019, Categorías: No Consentido Confesiones Autor: M.Goles, Fuente: CuentoRelatos

    ... es José, el que está al fondo de la celda es Diego y el que está sentado es Julián. Tenemos un problema aquí, tu marido Adrián nos debe mucho dinero, por protección y maracachafa, el problema es que necesitamos ese dinero y pensamos cobrarlo contigo. En el momento me pongo a llorar y trato de salir corriendo, pero José me cierra el paso, mientras Diego asegura a Adrián por el cuello y le coloca una especie de cuchillo, hecho de un pedazo de latón y plástico fundido en uno de sus lados. - José: todos calmados, ya habíamos hablado del tema con tu esposo y el no vio problema alguno, además si alguien aquí grita o hace ruido le cortamos el cuello a este marica, salimos rápido y todo esto se vuelve un mierdero, recuerden que es día de visita. - Yo: Adrián, porque, y las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas. - Adrián: perdóneme amor, me iban a matar. Lloro con los ojos cerrados, mientras José se hace a mi espalda, mete sus manos por debajo de mi blusa e inmediatamente hace que levante mis brazos sacándome la blusa. Ohhh es hermosa, dicen casi al unísono los tres hombres. Escucho que Adrián inicia a gimotear, entreabro los ojos, miro a un rincón de la celda y está en el piso, atado de pies y manos. Continuo con los ojos cerrados, José desde la parte posterior acaricia mis senos, besa mi espalda. Enfrente creo Diego besa mi cuello, acaricia mis piernas. Ambos me susurran en los oídos lo bella que soy, mientras mis lágrimas no paran de rodar. Los dos hombres inician un descenso ...
    ... por mi torso semidesnudo. El sujeto que se encuentre frente a mi, desliza sus manos a mi espalda y con gran destreza suelta mi sostén, quedando al descubiertos mis senos a los cuales pega sus labios e inicia casi que a devorarlos cual niño famélico. José suelta el botón y baja el cierre de la falda, la cual cae al piso e inicia a besar y dar pequeños mordiscos a mis nalgas, mientras yo siento que mi vagina lubrica a chorros, Dios no puedo creer que este disfrutando, mis lágrimas corren con más rapidez por mis mejillas, luego coge con sus manos las tiras de mi diminuta tanga y las baja a través de mis piernas y siento que se queda unos segundos acurrucado contemplando mi trasero desnudo. Julián, el hombre sentado sobre el camarote gira con suavidad mi cabeza hacia él, pone lo que creo es su pene en mis labios, siento su humedad. Yo vuelvo a girar mi cabeza, alejando así, el pene de mi boca. José con su lengua busca mi esfínter, mientras Diego golpea con suavidad mi clítoris, en un momento José hala de mis caderas hacia él y logra lamer mi ano. En ese momento me pareció una sensación desagradable, debido a la gran reserva que tengo de esta zona de mi cuerpo. Inicio con besos, luego paso a lengüetazos, como si tratara de penetrar con la lengua, me dijo “abre tus nalgas“, yo de manera instintiva cogí mis nalgas con mis manos, separando mis glúteos lo más que pude. Así estuvimos unos minutos que me supieron a gloria, cuando no me halaba José hacia él, lo hacía Diego para su lado. ...
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