1. Lo que hubiera sido (Tercera y penúltima parte)


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Infidelidad BDSM Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... completamente indecente. Noté el sabor del alcohol en sus labios y lengua y no pude evitar sonreír- ¿Quieres que te quite lo cansado o que te canse más? –inmediatamente me volvió a besar. -¿A qué debo esta cálida bienvenida? –pregunté en cuanto rompimos el beso, lo cual no fue sino hasta casi 3 minutos y mucha lengua después. -Hoy te voy a dar una sorpresa –me soltó dándole un buen trago a su cerveza que estaba a medio acabar y tendiéndome una nueva. -Pues más vale que incluya sexo, porque ese beso ya me prendió mi amor –le advertí juguetonamente mientras abría mi cerveza. -Oh, claro que incluye sexo mi amor, mucho sexo para lo cual es que te voy a dar esto –me ofreció una pastilla de azul. -¿Y esto? –pregunté confundido y, siendo honestos, un tanto ofendido. -¿Confías en mí? –me preguntó sonriente. -Mi amor, tú me puedes violar si quieres –le respondí. -Es curioso que me des esa respuesta –dijo ahogando una carcajada– Entonces tómatela y ayúdame a ponerte esto –me ordenó y me tendió un pedazo de tela que inequívocamente tenía la función de taparme los ojos. -Muy bien… -acepté no muy convencido del todo. Tragué la pastilla y me coloqué la venda en los ojos. Mi visión se oscureció completamente y quedé a merced de mi esposa. Ella me volvió a besar con furor y lascivia. Me agarró el paquete por encima del pantalón y tomó mis manos con las suyas. Rompió el beso y me guio dulcemente hacia lo que, según mis cálculos era el cuarto de lavado. Escuché leves movimientos y un ...
    ... esfuerzo por parte suya, para después volver a tomar mi mano y guiarme en la oscuridad que me envolvía. -Ten cuidado, hay escaleras –me previno y continuó con su guía. Bajé cerca de diez escalones y me envolvió un silencio total. Si mis oídos de músico no me fallaban, estábamos en un cuarto a prueba de sonido (muy similar a lo que sucede cuando se entra a un estudio de grabación). Avanzamos unos cuantos pasos y me pidió que me quedase parado. -¿Estás seguro que confías en mí? –me preguntó nuevamente, aunque, en esa ocasión, con un poco más de seriedad que me hizo dudar un poco; sin embargo, me dejé llevar y me abandoné a lo que pudiera suceder. -Por supuesto Elena, soy completamente tuyo. –le aseguré un tanto nervioso. -¿Seguro, seguro? –insistió. -¡Oh pues…! -protesté– ¡que si chingada! -Bueno, no hace falta que te enojes –me calmó y al notar que estaba por quitarme la venda me dijo– no mi amor, por favor no te la vayas a quitar hasta que yo te diga. -¿Perdón? –dije un tanto indignado. -Ándale, sígueme el juego un poco –me rogó. -¿Qué piensas hacerme? –le pregunté y sonreí al creer conocer el lugar donde me encontraba. Si mi intuición era correcta, nos encontrábamos en el sótano acondicionado para el disfrute sadomasoquista que le había ordenado construir. Ella fue muy misteriosa al respecto y no me permitió preguntar o ver nada, pero me aseguró que no había olvidado eso. Yo la dejé hacer confiando plenamente en sus conocimientos y gustos. Por lo tanto, al estar ahí, mi ansiedad ...
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