1. Poda 11


    Fecha: 10/08/2019, Categorías: Hetero Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues

    ... mi leche dentro de su conchita también sintió incrementado su orgasmo. ¡¡¡Boni, Boni, me estás echando tu leche, y que caliente que está!!! ¡¡¡Ahhhh, cuanta leche me echás dentro de mi conchita, la estás llenando!!! ¡¡¡Qué lindo, ufff, ahhhh, ahhhh! Una vez completado nuestro placer, saqué mi pija lentamente de su conchita y ella se levantó, me miró a la cara y miró mi pija que aún conservaba algo de su rigidez, la tomó entre sus manos y me dijo, ----¡Con razón me llegó hasta la boca, si es enorme!, y diciendo esto se la metió en la boca y la acariciaba con su lengua y sus labios, chupando y sacándole los últimos vestigio de semen que aún permanecían en mi canal uretral. Realmente era increíble esta nena. Parecía que nunca estaba satisfecha, que siempre quería más. La alcé en mis brazos y la situé con su carita pegada a la mía y la besé con pasión, ella respondió de la misma manera, y así, besándonos, llegamos nuevamente a la ducha en donde procedimos a bañarnos y quitarnos todos nuestros fluidos de nuestras respectivas pieles. La envolví en una toalla y la llevé al dormitorio, en donde aún ...
    ... permanecía durmiendo Pao con sus piernitas totalmente separadas dejando expuesta su conchita recientemente desvirgada y bautizada por mi semen. En esos momentos esta vista que en otra oportunidad me hubiera excitado sobremanera, ahora solo despertó en mí curiosidad por ver cómo le había quedado su conchita. Era innegable que el espectáculo de la conchita de una nena de solo 8 años es algo que atrapa y atrae, por lo tanto me acerqué y deposité un beso sobre ese tajito bañado por mi semen y sus propios jugos internos. El aroma, el sabor y la visión de la que estaba gozando, hizo que se fuera despertando en mí el deseo de clavar nuevamente a esa niña. Ella, Pao, también se fue despertando, y al tomar conciencia de lo que le estaba haciendo me dijo: ----¡Ay Boni, ¿qué me estás haciendo!?, y diciendo esto separó todo lo que pudo sus piernitas para así recibir en su totalidad mi caricia. ¡Qué sabor! ¡Qué aroma! ¡Qué visión! Realmente solo aquellos que hemos tenido la suerte de tener a una niña a nuestra entera disposición como tenía yo en este momento a Pao, sabemos del inmenso placer que nos brinda esta situación. 
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