1. Celebraciones familiares: La boda


    Fecha: 20/08/2019, Categorías: Infidelidad Confesiones Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    Este relato está basado en el relato “La Boda” que leí hace poco en esta página web. Al leerlo me recordó algo ocurrido hace sólo un par de años, cuando una fantasía que me había perseguido desde hace años se hizo por fin realidad. Hace algún tiempo, un día de junio de un año cualquiera. Me presento, soy Róber, tengo 43 años, estoy casado con Teresa desde hace 15 años y soy muy feliz con ella. Tenemos dos hijos y una vida normal de clase media española, con épocas mejores y peores. Mi mujer tiene 45 años actualmente, y se conserva bien ya que asiste habitualmente a G.A.P. (Glúteos, Abdomen y Piernas). Es bonita, no es baja, tiene los pechos pequeños, pero eso sí, tiene un buen culo que atrae irresistiblemente las miradas de mis amigos. Ella lo sabe y no duda en vestir regularmente mallas de deporte o leggings de algodón que complementados por un escueto tanga moldean a la perfección su espléndido trasero. Sin embargo, cuando la conocí me pareció excesivamente tímida y puritana ya que se había educado en un ambiente católico. Qué equivocado estaba, lo que ocurría es que mi mujer era y es tan reservada y como prudente, pero nada melindrosa con una buena polla. De hecho en nuestra tercera cita ya se ofreció presta a una voraz mamada en el asiento de atrás, llevaba más de un año sin novio... En materia sexual tenemos una relación bastante buena con relaciones frecuentes, variadas y placenteras. Tristemente mi esposa no es ninguna garganta “profunda” pero sí que tiene un culito ...
    ... acogedor, aunque no siempre fue así, al principio y durante bastante tiempo me dejó claro que “por ahí no”. Esta es una curiosa historia que narraré brevemente más adelante. De cualquier forma, baste decir que mi amada mujer sigue necesitando los mismos ardientes preliminares y mucho lubricante cada ocasión que decidimos disfrutar de mi soberbio miembro en su estrecho agujerito. Por otra parte, aunque tengo entre las piernas lo que más le gusta también soy cariñoso, apasionado e innovador con mi mujer que es lo fundamental. Además hago deporte, mucho deporte, no por cuidar mi físico como ella si no porque me gusta pasarlo bien junto a mis amigos. Por último, mido casi 1.80, peso 75 kg, soy moreno y si bien agrado a las mujeres sigo siendo fiel. Por otro lado está Piedad, la verdadera protagonista de este relato. Es prima de mujer y a sus cuarenta años sigue viviendo en el pueblo en casa de sus padres. Muy educada, sensata y refinada, la prima de mi mujer es una cristiana ejemplar, no faltando a misa semanalmente. Su apariencia siempre ha sido demasiado formal, sobre todo en su forma de vestir, y no ya ahora con casi 40 años si no de siempre. Con todo, Piedad no logra ocultar que es una hembra exuberante, ya que sus grandes tetas y su culo esférico y respingón siguen perfilándose bajo esas faldas anchas y blusas holgadas. Piedad es algo más alta que mi esposa y lleva siempre media melena lacia. Yo siempre he tenido buena relación con ella, tenemos un sentido del humor similar, ...
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