1. Sexo con dos negros en el metro de París


    Fecha: 22/08/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: Libia29, Fuente: CuentoRelatos

    ... que no me engañaba la vista. Era bastante más larga y gruesa que la de su amigo. De 30 para arriba seguro. Yo, acostumbrada al tamaño medio de Jaime, estaba abrumada con tanta carne. Me empujaron hacia el WC y me senté en la taza. Ellos acercaron sus mástiles y cogí uno con cada mano, aunque era imposible. Me hicieron saber que no se andaban con bromas y el gordo me agarró la cabeza y me la acercó a la boca. Intenté metérmela pero no podía. Mis labios no se abrían lo suficiente así que con mi lengua lamía por donde podía. Con mis dos manos masturbaba al otro y éste empezó a quitarme la ropa con poca delicadeza. El gordo, que llevaba la voz cantante, me levantó de un golpe y me puso de cara a su amigo. Yo estaba apenas con mis braguitas, pero me las arrancó de un tirón y quedé desnuda completamente. Me incliné hacia su polla y me la metí en la boca. Me dolía la mandíbula de abrirla tanto, pero estaba disfrutándola al máximo. El gordo se agachó y empezó a lamerme el coño. Lo tenía depilado y estaba muy mojada, así que su lengua se deslizaba rápidamente. Era áspera como la piel de un melocotón, y me estaba llevando a la gloria con sus lametazos. Tengo el clítoris muy grande, y cuando éste salió lo atacó sin piedad y entré en un estado de excitación máxima. Saqué la polla de mi boca para poder gritar a gusto y así me corrí por vez primera. Quedé extasiada y sin poder moverme mucho, pero a ellos les quedaba mucha energía. El gordo me levantó en brazos y su amigo se acercó por ...
    ... delante. Colocó su polla en la entrada de mi coño encharcado y la metió de un golpe. Durante bastantes minutos me estuvo follando con fuertes embestidas que me causaban más dolor que otra cosa. Intenté decirle con un gesto que fuese más suave pero no hacía caso y cada vez me taladraba con más brutalidad. Eché la cabeza hacia atrás y el gordo se inclinó para besarme. Era un beso muy sucio. Me lamía la cara, mordía mis labios, me escupía y luego metía su lengua en mi boca hasta donde podía. Aquello hizo que me calentara de nuevo, y empecé a disfrutar de la follada que me estaba dando su amigo. Pero pronto éste dijo algo y acto seguido la sacó y se corrió en mi vientre. Entonces el gordo, me levantó y sin darme la vuelta me acopló a su tremenda verga. Lo que sentí en esos momentos fue lo más parecido a un parto al revés. Me estremecí de la cabeza a los pies. Para mi sorpresa, me follaba despacio y con suavidad. Al principio sólo entró hasta la mitad más o menos. Empezó a hablarme en francés al oído. No sabía qué me estaba diciendo pero me estaba poniendo cada vez más cachonda. Poco a poco cada vez conseguía que entrara más carne en mi interior, hasta que por fin la pude tener dentro completamente. Estuvo así unos segundos sin moverse hasta que empezó un suave vaivén que aumentaba de ritmo progresivamente. Cada vez iba a más y pronto el carácter violento del gordo volvió a la luz. Me tiraba del pelo hacia atrás mientras empujaba con mucha fuerza. Pellizcaba con fuerza mis pezones y ...