1. Heil mama (Cap. 4)


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Incesto Sexo en Grupo Autor: DocJoliday, Fuente: CuentoRelatos

    ... discreto desde el que podíamos ver pasar a la gente por la calle. Pasamos allí un buen rato, bebiendo cubatas y hablando de chorradas. A eso de las tres de la mañana, cuando ya no pasaba nadie por la calle y nos planteábamos dar la noche por terminada, Chechu, que estaba sentado cerca de la puerta lateral, levantó la cabeza y soltó un largo silbido de admiración. —¡Joder! No os lo perdáis... ¡Mirad que pedazo de hembra! —dijo el grandullón. Todos miraron hacia donde decía. Yo estaba sentado en el colchón y tuve que levantarme para echar un vistazo sobre las cabezas de mis colegas. —Su puta madre, sí que está muy buena —confirmó Román. —Mirad que piernas... Mmmm —añadió Fonso. En efecto, la mujer que pasaba caminando por la acera, bordeando el parque, estaba muy buena. Llevaba tacones altos, una falda muy corta y una especie de camisa de manga larga que le dejaba el ombligo al aire. Su pelo era oscuro, largo y ondulado. No pude verle bien la cara hasta que pasó bajo una farola, y entonces... —¡Hostia puta, es mi tía! —exclamé. —¡Venga ya! ¿Esa es tu tía? —No flipes, Paco, ¡Ja ja! —Que sí, cojones. Es mi tía Merche, la hermana pequeña de mi madre. Lleva unos días viviendo con nosotros. ¡Quitad del medio, coño! Tengo que hablar con ella. Salté de la furgoneta y caminé a grandes zancadas para interceptar a mi tía en la acera. Al acercarme pude ver en sus ojos que había bebido bastante, aunque caminaba perfectamente, así que no estaba muy pedo. Pero lo más importante era que ...
    ... estaba sola. ¿Dónde cojones estaba su hermana? Si la había dejado sola en el centro le daría tal hostia que la pondría en órbita. —Tita, ¿dónde está mi madre? —¡Jo... Joder! ¡Paco! ¡Qué susto me has dado, copón! ¿De dónde sales? —dijo. Mi aparición la sobresaltó tanto que casi tropieza y se cae. —Del parque, ¿no lo ves? ¿Dónde coño está mamá? —insistí, agarrándole el brazo. —Eeeh... Tranquilo, machote. Que no se la he vendido a un jeque árabe ni nada de eso —dijo Merche. Se echó a reír y me faltó poco para abofetearla. Debió ver en mis ojos que no estaba para bromas y me respondió—. Tu mami se fue a casa a las once. Debe llevar horas durmiendo como un angelito. —¿Ha venido sola desde el centro? —Claro que no. La ha traído mi amiga Julia en su coche. —¿Por qué ha vuelto tan temprano? ¿Ha pasado algo? —Nada, ¿qué va a pasar? Ya sabes que a tu madre no le va mucho la vida nocturna. Se ha cansado y ya está. Pero bueno, al menos ha salido un poco de casa. Satisfecho con la explicación, aunque un poco molesto porque mi tía la hubiese mandado a casa con una amiga en lugar de acompañarla ella misma, le solté el brazo y le eché una mirada. Aquella blusa roja tan corta no solo le dejaba el ombligo al aire, sino que era tan transparente que permitía verle el sujetador negro y los pequeños pechos apretados dentro de las copas. Su minifalda también era negra y seguía llevando ese cinturón enorme, casi tan ancho como la falda, cuyo material imitaba la piel de algún reptil. —¿Y tú por qué has ...
«1234...10»