1. La mujer del disidente (02). El interrogatorio


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Dominación Voyerismo Autor: Senatore33, Fuente: CuentoRelatos

    ... acostumbrándose. En realidad a Amalia no le gustaba su vagina y se avergonzaba incluso delante de otras mujeres, por lo que no solía desnudarse delante de nadie ni siquiera en el gimnasio. Envidiaba a otras chicas que tan solo tenían una discreta rajita, con unos labios mayores cerrados que les cubrían lo más íntimo. En su caso, por contra, consideraba que todo su cuerpo era demasiado escandaloso. Desde sus grandes pechos hasta los prominentes labios de su vagina. Es por ello que siempre trataba de vestir de tal forma que se disimulara bastante su voluptuosidad. -¿Te lo depilas? -preguntó el capitán sacándola de sus pensamientos-. -No señor -dijo ella. Pero pensando en decir toda la verdad, y en que si mentía en algo o consideraban que había mentido en algo podría tener problemas, prosiguió-: En realidad solo lo recorto algo. Lo justo para que cuando voy a la playa o a la piscina no se vea vello púbico por fuera del traje de baño. -¿Y quién te lo recorta? -preguntó-. -Yo misma -respondió ella-. -¿A tu marido cómo le gusta? -Le gusta como me lo dejo, con algo de vello -le explicó-. -¿Qué es lo que más le gusta de tu cuerpo? -Mis pechos le excitan mucho -confesó-. -¿Y qué es lo que menos le gusta de tu cuerpo? -quiso saber-. Amalia dudó por un momento, mientras pensaba, pero contestó con sinceridad: -Creo que le gusta todo mi cuerpo en su conjunto. Nunca me ha transmitido queja alguna. -Está bien -dijo el capitán mientras escribía algo-. Ahora habla por ti y dime qué es lo ...
    ... que menos te gusta de tu cuerpo. Todo aquello era muy humillante. Sí que había algo que no le gustaba, y ya por ello se sentía incómoda con ella misma, pero al tener además que contárselo a estos tres hombres, sentía como perdía toda su dignidad. -Me está saliendo algo de celulitis -confesó-. Los ojos de los tres hombres inevitablemente se estaban constantemente yendo a cada una de las partes del cuerpo que Amalia se estaba describiendo. -Ahora quiero que me expliques con todo lujo de detalles como fue tu último polvo, Amalia -le exigió el capitán-. -Fue este pasado sábado. Mi marido y yo habíamos ido a una casa rural a pasar el fin de semana, y tras volver de cenar Antonio sacó una botella de ginebra que había comprado en el pueblo, y con las tónicas y el hielo que había en la nevera preparó unos combinados. En la tele daban un programa musical y estuvimos como dos horas bebiendo alcohol mientras veíamos las actuaciones. Al cabo de un rato, y cuando el alcohol ya nos hacía su efecto, nos abrazamos e hicimos el amor. -Todo eso es muy bonito -replicó-, pero no es así como queremos que lo cuentes. -No sé cómo contarlo, señor. -Para empezar, descríbenos cómo ibas vestida -pidió el oficial-. -Llevaba un pantalón corto, una camiseta, y zapatillas de deporte, pero tras la caminata me duché y me puse el pijama. -¿Te duchaste con la puerta abierta? -Cerré la puerta, pero no pasé el pestillo. -¿Y por qué cerraste la puerta, Amalia? -Siempre lo hago así, señor. -¿Te da vergüenza que tu ...
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