1. Ayudando a Mamá (05).


    Fecha: 30/08/2019, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... agachó un poco pude ver un calzón blanco bastante grande que ni siquiera marcaba su cola. Cuando nuestra relación comenzó de forma abierta ella siempre se preocupaba por usar tangas sexys o ir sin nada abajo, para que yo la encontrara radiante todo el tiempo, pero con el paso de los días la confianza fue aumentando y ya podía verla con los atuendos más sencillos que poseía, a veces hasta olvidaba depilar su entrepierna, dejando crecer su incipiente mata de pelitos negros. A mí no me molestaron estos cambios, no los tomé como si ella ya no intentara seducirme, porque siempre lo hacía y muy bien. Al contrario, me alegró ver que confiaba tanto en mí como para andar desalineada. Aproveché que ella aún no se había percatado de mi presencia. Me puse de espaldas contra la pared del pasillo y la espié. Debía ser ahora, este era el momento justo, al ser tan temprano por la mañana y al estar vestida así me daban el escenario perfecto, ella ni siquiera estaría pensando en sexo. Podría sorprenderla tanto como me lo había pedido. Lo cierto es que en ese momento la mariconada se hizo presente, no me animaba a encarar, ni que fuera una chica en un boliche que me hacía ojitos. Supe que yo tampoco estaba en clima sexual. Me quité la poca ropa que traía puesta y comencé a masturbarme pensando en su rico culito. Mojé un poco la punta de mi verga con saliva para lubricarla y seguí dándome. Tenía que personificarme, debía pensar como un actor de teatro antes de entrar en escena, dejar de lado mi ...
    ... personalidad por un segundo e inventarme una nueva. Una mucho más agresiva. Me estaba calentando mucho y la espiaba por el rabillo del ojo. Vi que se agachó dejando su cola levantada, estaba buscando unos libros en la parte inferior de un mueble, supe que el momento había llegado. Me mandé como se manda un indio a la guerra. En bolas y a los gritos. Graciela no consiguió reaccionar en absoluto, me moví muy rápido. Clavé mi dura y erecta lanza contra sus nalgas al mismo tiempo que la sujetaba cruzando fuertemente el brazo izquierdo sobre su abdomen. Soltó un grito, el efecto sorpresa había sido todo un éxito. De inmediato utilicé mi otra mano para arrancarle la bombacha, pensé que ésta se resistiría pero mi fuerza fue tal que quedó hecha girones al instante. Apunté mi arma punzante hacia la entrada de su colita, la única lubricación con la que contaba era la que había aplicado con mi saliva. Otra vez los cálculos me fallaron, supuse que mi pene ni siquiera entraría a la primera, pero por el contrario, se clavó hasta la mitad en su culito, sentí cómo se abría rápida y forzosamente, estaba casi seco y caliente por dentro. Ella dio un fuerte grito que tuve que ahogar tapándole la boca con una mano. Pensé que mi madre invocaría el nombre de mi padre en ese mismo instante. - ¡Aaaaaay! ¡No, no, no! ¡Pará! – dijo espantada. Me pegué un julepe tremendo. Casi suspendo todo, pero recordé lo que ella me había dicho, que sólo debía detenerme si escuchaba el nombre de mi padre. - Callate ...
«12...456...13»