1. Aleida Mini Ninfomanita III.


    Fecha: 16/11/2017, Categorías: Masturbación Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... pancita! C. - y que sientes ahí en tu pancita cuando vibra, ¿acaso te gusta? A. - sí, es algo que me gustó sentir ese día, ya vio, que hasta medio me desmayé por haber manejado esa cosa, pero me gustó mucho. C. - ¿¿ pues sí, pero que tiene que ver tu desmayo con lo que sientes en la pancita??, dirigiendo su mirada a la entrepierna de Aleida, ya que traía un mayoncito, porque se había cambiado su uniforme, cuando fue a su casa minutos antes. A. - ah, pues sentí tan bonito, ¡pero tan bonito que me gustó mucho y quiero volver a sentir eso que me hizo la máquina!, podría manejarla ya ve, que ya no hay nadie, y así usted me ayuda, ya ve que es muy pesada. C. - bueno deja que la saque y te la presto, pero con una condición, no vayas a comentar a nadie que estuviste aquí después del horario de clases, ya que me puedes poner en problemas con la directora, ok. A. - noo, como cree, por eso vine, nada más, para que me preste el aparato, tengo toda la tarde, para estar aquí, ya que mi mamá fue a la capital y llega hasta la noche, mi papá está trabajando fuera y mis hermanos ni en cuenta, ellos en lo suyo, ni les interesa en saber dónde ando, (---¿entonces la hoja de la tarea, por la que fue?---), ¿buena pregunta que se pueden hacer mis amables lectores? C. - bueno si es así, que te parece, si lavas el piso de mi dormitorio, ya vez que yo no salgo de aquí, aquí duerno y me cocino mis alimentos, sólo los fines de semana me voy a mi casa a la capital. A. - fantástico, sí, yo lo hago ...
    ... llevemos las cosas a su dormitorio y ahí me dice como lo hago. C. - claro, no había pensado en lavar el piso donde duermo, ¡pues hazlo, vente! Mientras llevaban la máquina a ese cuarto, ella pasó al baño y lo alcanzó a él en ese lugar, para ver donde iba a utilizar ese artefacto. A. - ya don José, ya estoy aquí ¡pasé al bañito, es que me andaba haciendo de mi pipí! C. - bien Aleida, que bueno que fuiste a hacer tu necesidad, a propósito voy al cuarto de la utilería a traer algo, porque quiero que me expliques unas cositas, mientras puedes empezar, a pasar la máquina, con cuidado, no te vayas a golpear con ella, regreso. A. - sí don José vaya y pierda cuidado ya se manejarla, ¡¡¡lavaré lo mejor posible con ella!!! C. - muy bien pequeña cinderela, te dejo, regreso pronto, mentira don José fue por una escalera y se subió a una ventana alta de la pared de su cuarto y de ahí vio lo que hacía Aleida, ya que el morbo que sentía era por observar, cuál era la insistencia de la chiquilla por usarla, que sentía y en que parte de su menudito cuerpo, se ponía el dirigible de la máquina, para sentirse agradable y porque tanto le gustaba. Comenzó Aleida a maniobrar la máquina, pero de donde don José se encontraba veía que la cinderela se le notaba su respiración muy agitada, hasta parecía que venía de correr, ya que levantaba mucho el pecho y se le ponían coloradas sus mejillas, no pasaron ni tres minutos, cuando de momento paró la máquina y se tomó con sus manos su vaginita que se le marcaba ...