MI ALUMNO 2 - Relatos Eróticos

MI ALUMNO 2

... lado, lo tomé de la mano izquierda y empecé a acariciarla. ¿te gusta? Le dije, mientras lo empujaba hacia la almohada para que se acostara y me acosté de lado a la par suya. Acerqué mi cara a la suya, nuestros labios casi se tocaban. ¿te gusta besar le pregunté?  No, no  puedo me dijo. No importa, ya aprenderás y puse mis labios sobre los suyos, abre la boca y haz lo que yo hago. 
Comencé a besarlo tiernamente, mordiendo su carnoso labio inferior e introduje mi lengua en su boca, al mismo tiempo que acariciaba su pecho y comencé a desabotonar la camisa. Él solo se dejaba llevar. A los pocos minutos estaba correspondiendo a mis besos, al principio toscamente, pero rápido nos unimos en unos ricos besos. Le había desabotonado casi toda la camisa y mi mano izquierda acariciaba su pezón derecho. Le comencé a lamer y succionar el cuello y el solo gemía y su piel se erizó. Me da cosquillas dijo
Me dirigí hacia su pezón y comencé a besarlo y succionarlo y darle pequeños mordiscos. Al mismo tiempo que mi mano izquierda sobaba su entrepierna. Tenía el pene erecto, bien duro y caliente.
Quítate la ropa le dije al mismo tiempo que yo lo hacía. Quedamos solo en bóxer. El de él estaba mojado con liquido pre seminal, señal de que estaba excitado y gozando.
Seguí besándolo apasionadamente, boca, cuello, pezón izquierdo mientras mi mano se introdujo en su bóxer y toqué aquel pene grueso, super duro, palpitante y caliente.
Bajé mis labios a su pecho y comencé a besar y mordisquear su ...

... cálida y lampiña piel, seguí bajando hasta su abdomen, plano, liso, sin nada de grasa, llegué al ombligo, el cual besé y succioné y seguí bajando hasta su pelvis. Terminé de bajar su bóxer y liberar aquel rico pene juvenil y me lo introduje en la boca y comencé a darle una rica mamada, el solo se movía hacia adelante y gemía. Estuve saboreando ese manjar adolescente que secretaba gotas y gotas de líquido semi dulce y un poco ácido. Yo estaba en la gloria y él también, solo gemía de placer. Mi mano izquierda jugaba con sus bolas, mi mano derecha jugaba con su pezón izquierdo.
Después de varios minutos, paré, me senté sobre su pecho, mis rodillas a cada lado y acerqué mi pene a su boca y le dije haz lo mismo. No puedo, nunca lo he hecho dijo.
Haz lo mismo que yo hice, no uses los dientes e introduje mi polla en su cálida boca. No dio señales de asco, pasó su lengua por mi glande y yo comencé un mete y saca lento y poco a poco metía más, le daban arcadas. No puedo me dijo, lo estás haciendo muy bien, le mentí. Sigue, sigue, qué rico, que rico lo haces.
A los pocos minutos ya había aprendido y apretaba con sus labios mi caliente polla y acariciaba mi espalda. Estuvimos así no sé cuánto tiempo.
Paré y le dije date vuelta. ¿para qué me dijo? Te quiero besar tus lindas nalgas le dije y se dio vuelta, dejando su lindo y gran trasero a mi disposición. Agarré cada una de sus nalgas y comencé a besarlas, lamerlas, acariciarlas y masajearlas y le daba suaves mordiscos.
Bajé a sus ...