1. EXTRAÑO TU BOCA, Y TÚ A LA MÍA (1)


    Fecha: 20/11/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: SexoSinTabues

    ... —Ya no se puede, estoy operada desde hace mucho. Vente en mí, quiero sentir tu venida —me pides volviendo a meter mi pene dentro de ti. —¿A poco sientes cuando uno se viene? ¿No será que sólo te das cuenta porque el orgasmo nos deja sin fuerza? —Sí siento... —¿El chorro? —Siento calientito allí adentro. —¿A ti te gusta mamar la verga? ¿Se lo haces mucho a tu marido? —Sí, sí me gusta y también a él le gusta. ¿A ti te gusta que te la mamen? —me preguntas con una sonrisa, la cual contesto sólo ratificando con la cabeza. Ríes más y vuelves a meter mi falo en tu boca. —¿Lo haces venir así? —pregunto sintiendo más intensas tus caricias, y me contestas respondiendo con la cabeza al sacar mi verga de tu boca para hacerme una chaqueta que muestra experiencia en ese tipo de trabajo—. ¿A qué te saben las venidas? —vuelvo a preguntar. —Rico y quiero probar la tuya —me dices antes de llenarte otra vez la boca. Miro tus labios y siento tus ganas... No logras hacer que me venga así porque, cuando siento cerca el orgasmo y debido a lo intenso de esa sensación, retiro mi pene de tu boca, me reclamas que no quiera venirme. Te volteas y te agachas ofreciéndome tu sexo para que te coja de perrito. “Métemelo así”, me pides al agacharte y dejar tu grupa al aire. “¿Quieres que te lo meta por el culo?”, te pregunto asombrado. “No, por allí no”, por aquí...” precisas tomando y restregando mi verga en la entrada de tu vagina. —¿Ya te lo han metido por el ano? —te pregunto colocando mi glande sobre ...
    ... tu ojete. —Sí, pero me duele mucho —explicas volviendo a acomodarme el falo en tu vagina y ensartándote al hacerte para atrás. Te agarro firmemente de las chiches y me muevo hasta que entre quejidos y gritos ahogados te vienes otro par de veces. —¿Por qué no gritas fuerte, acaso no te gusta? Nadie puede oírnos, en la zona de afuera es mucho el ruido de las máquinas y este cuarto está aislado. —Sí me gusta mucho, pero a mi esposo no le gusta que grite... —Ahorita no estás con él, ahorita soy yo quien te está cogiendo y disfrutando tu hermoso cuerpo —te digo mientras mis manos pasan por todo lo que alcanzan, termino dejando una en las chiches y otra en tu clítoris que muevo con rapidez continuando los embates en la panocha que de tantas venidas comienza a escurrir. Tu deleite se hace mayúsculo y gritas con franca satisfacción, lo cual me excita para no dejar de moverme. Das otro grito más, apretando los párpados y, sin dejar de corresponder a los movimientos, te contradices al pedirme que ya pare. —¿Te gusta o no? —te pregunto sin ceder en las metidas ni en las caricias. No respondes, pues sigues gritando y moviéndote más. Cuando te dejas caer sobre el sofá, descansas dejando salir unas lágrimas que te apresuras a enjugar y me acaricias la cara buscando un beso que correspondo dejando caer mi cuerpo sobre el tuyo. En pocos minutos, aún desguanzada, te empiezas a vestir. Cuando ya traes las pantaletas puestas me vuelves a chupar el pene por última vez. Nos vestimos entre besos y ...