1. Me estrenó mi perro


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Chicozoo, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

     Hacía tiempo que había descubierto el morbo que sentía cada vez que observaba a los perros tener sexo, y me imaginaba que sentía la perra al quedar pegada con el nudo del macho. 
    
     Mi relato comienza una tarde en la que me dispuse a satisfacer mi curiosidad, por lo que aproveche que mis padres y hermanos saldrían a pasear. Yo había observado que el pene de mi perro era muy pequeño, por lo que probablemente no lograría pegarse, por lo que decidí utilizar el perro de una vecina, una raza grande que demostraba tener un considerable miembro dentro de su funda. En ese momento no conocía el porque los perros de quedaban pegados, y yo deseaba averiguarlo por mi cuenta.
    
    En cuanto mis padres se marcharon espere un rato, para después salir de mi casa con un poco de jamón y caminar a la calle de enfrente, donde le lancé un trozo al perro, el cual disfruto y comenzó a seguirme y olfatearme para recibir más.
    
     Yo camine a la tienda de la esquina para comprar croqueta y en caso de que algún vecino notará que el perro me seguía pudiera atribuirle la culpa a las croquetas.
    
    Entré a mi casa con el perro, le di el jamón restante y después me dispuse a desnudarme. En cuanto me vio comenzó a olfaterme y después se dispuso a lamer con su áspera lengua mi pene, gracias a sus lámidas tuve una erección y él comenzó a lamer con más ganas.
    
    Para este punto yo estaba muy caliente y ansioso por poder ser poseído por él. Me recoste en el suelo para poder ponerme en cuatro patas y que el ...
    ... perro se dedicará a lamer mi entrada. Lo cuál hizo de una manera muy rica, trataba de meter su lengua dentro de mi, lamia mis nalgas, bajaba a mis testículos y lamia mi pene para después regresar a mi culo. Me encantaba la sensación de su áspera lengua en mi ano, por lo que decidí untar un poco de mermelada en mi entrada y en mis tetillas para que lo hiciera con mas ganas, cosa que dio resultado. Cada vez que pasaba su lengua provocaba una oleada de placer, me estremecia y gemía, suplicando por más. 
    
    Su hocico hurgaba todo mi cuerpo y en el proceso me llenaba de saliva. En un momento se acercó a mi boca y yo de manera instantánea la abrí, dejando que su lengua entrará llenando mi boca de saliva y yo respondí atrapando su lengua con mis labios y tratando de meter la mía dentro de la suya.
    
    Yo estaba a mil, mi cuerpo necesitaba más, así que lo separé, me unte un poco de saliva en el culo, me acerqué al perro y me puse en cuatro patas frente a él. No estaba seguro de si reaccionaría de igual manera que lo hacía con las perras que se tiraba en la calle; pero para mi fortuna en cuánto me vio así, mostrándole mi culo saltó sobre mi, tratando de aferrarse para penetrarme. Lo acomode, logrando que se aferrara de mi cintura y sintiendo como su pene rosado y húmedo rosaba mi entrada y picaba mis nalgas. 
    
    Apoyándome en un brazo, logré colocar la punta de su miembro justo en el centro de mi virginal entrada, cuando el sintió esto, se impulsó hacía delante, enterrando su delgado pene ...
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