1. Me estrenó mi perro


    Fecha: 25/07/2019, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Chicozoo, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... dentro de mi, al principio me sentí incómodo después la sensación comenzó a gustarme, y lo disfrutaba. Yo me movia, tratando de que entrara más,  logrando sentir sus testiculos peludos chocando contra mis nalgas. Le pedia más , le suplicaba, le decía que yo era su perra y el mi macho, que me entregaba totalmente a él . Estuvo bombeando alrededor de 10 minutos, cuando empecé a sentir una presión dentro de mi, al principio la disfrutaba, me provocaba mucho placer. Pero en cierto punto provocó un dolor muy fuerte, como si estuviera siendo partido en dos. Instintivamente trate de safarme del agarre del perro, pero el gruño y clavo sus uñas en mi cintura con mucha fuerza. 
    
    Mis ojos liberaron muchas lágrimas, mordia mis labios para tratar s no gritar y que algún vecino me escuchara y alertara a mis padres. Pasó unos minutos bombeando con mucha fuerza a mi culo con su gran bola, para después quedarse quieto, trato de bajarse, pero cada intento me provocaba dolor, así que lo agarre de las patas.
    
     Estuvimos alrededor de 30 minutos pegados, en ese tiempo sentí como algo vibraba dentro de mi, me sentía lleno, me preguntaba que tan profundo habría llegando su verga, y el tamaño que tendría, esperaba que nos separaramos pronto, pues el peso del perro estaba comenzando a cansarme a pesar de que me había agachado un poco. 
    
    Y entonces, sentí como algo grande, pegajoso y muy gordo se deslizaba por mis nalgas y un líquido muy viscoso las empapaba. El perro se bajó de mi, yo ...
    ... aproveché para recostarme en el suelo. Dirigí la mirada hacía el perro, y lo que mis ojos veían era increíble, su pene tenía unas dimensiones fantásticas, no me creía como había sido posible que yo albergará algo tan grande y gordo dentro de mi. Debía medir 20 centímetros de largo como mínimo , unos tres dedos de grueso y su nudo era lo mejor, tenía el tamaño de una naranja, todo estaba lleno de venas moradas, era rosado con algunas partes blancas y de la punta brotaban unos ligeros chorros de líquido transparente. 
    
    Me acerqué y lo probé con la punta de mi lengua, era muy salado, más sin embargo no me importó introducir gran parte de esa herramienta que me había provocado tanto dolor y placer a la boca, me encontraba absorto, hipnotizado, sentí que era lo menos que podía hacer para complacer a mi macho, por haber estrenado a mi culo, y convertirme en una perra, quién gustosamente le entregaría las nalgas cada vez que quisiera. 
    
    Chupe todo el miembro, de arriba a abajo, utilicé mi lengua para abarcar todo y recogí el néctar que liberaba, no lo trague todo, estuve haciendo esto un rato hasta que su pene de encogió y de guardo dentro de su funda. El perro lamio su funda para después olfatear mi boca, yo recibí su lengua para que limpiara su semilla de ella, disfrute atrapar su lengua con mis labios, y cuando termino con mi boca se dirigió hacia mi dilatada entrada, para limpiar el rastro de semen y los hilos de sangre que se deslizaban por entre mis piernas. Está vez, logró meter ...