1. De noche, en la playa de Cartagena


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    Mi semana de vacaciones en Cartagena de Indias me dió de verdad la oportunidad de gozar por primera vez de una esplendida verga negra, y además muy joven ! Les voy a contar como fué mi extraordinaria experiencia colombiana.
    Habia escogido un hotel situado en el barrio de Bocagrande, esa larga faja de tierra que sobresale sul mar, donde en los últimos decenios fueron edificados muchos rascacielos, dando a la península el aspecto de una pequeña Manhattan tropical... La mayoría son edificios de apartamentos y algunos son hoteles. Había escogido para mis vacaciones un hotel de categoria, casi a la punta de la zona. En la playa, al fondo, hay muchos restaurantes y bares, frecuentados en la tarde y en la noche por una clientela sobretodo cartagenera, los turistas preferiendo los establecimientos del centro histórico, dentro de las murallas. La playa, muy larga, costea toda la zona de Bocagrande. De día, centenares de turistas quedan por horas tumbados en la arena, en cambio, de noche, la playa se queda totalmente desierta, convertiendose in un inmenso territorio sin luz, donde me recomendaron vivamente de no penetrar, por razones de seguridad. 
    La segunda noche de mi estancia, después de la cena, fué caminando hasta la parte más alejada de Bocagrande, allí donde bares y restaurantes rebosan en la playa. Por ser un sabado, las terrazas estaban repletas de clientes, una muchedumbre ruidosa y joven. Una parte de la playa hacía las veces de aparcamiento, alrededor de la única ...
    ... farola, bajo la cual dos chicos, sentados sobre una mesa, cuidaban los coches de los clientes de los bares vecinos. Siendo solo yo no quería sentarme en la terraza de unos de los bares, por eso atraversé el aparcamiento, entre los coches, dirigiendome hacia el mar. A causa de la falta de luz, pasé cerca de la farola y por tanto cerca de los dos cuidacoches, sentados en su mesa. Saludé. Contestaron. El más grande tendría más o menos veinte y cinco años, el otro al maximo dieciséis. Mi mirada se cruzó con la del más joven. Me impresionó la belleza de sus rasgos. Estaba en frente de un chico recién salido de la adolescencia, pero con ya la virilidad de los machos negros maduros. No pude dejar de sonreir. Luego me alejé, dejando atrás el aparcamiento, hundendome en la oscuridad de la playa. Después de unos metros descubrí que un dique entraba en el mar. Sin pensarlo mucho, me arriesgué a caminar encima. La falta de luz y las desigualdades de las rocas hacian que debia avanzar con mucho cuidado, arriesgando una caída a cada rato. LLegado a la punta del dique,  dí la vuelta y miré la silueta de los altos edificios que se perfilaban sobre un fondo alumbrado por la luz de la ciudad. La playa, en cambio, quedava en una oscuridad total. Quédé unos minutos observando y escuchando el mar; luego decidí regresar hasta la playa. Mi regreso fué también muy cauto, fue por cierto por eso que no me hé dado cuenta que alguien s'encontraba al inicio del dique. Fué solo a unos metros de él que lo ...
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