De noche, en la playa de Cartagena
Fecha: 19/10/2019,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Manu, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... descubrí. Por poco me caigo, tan su presencia me sosprendió. Estaba de pie, como si estaba orinando. Pero ningun chorro salía de su pene. A pesar de la oscuridad, podía ver, a contraluz, su verga erecta. Más me estaba acercando y más podía ver que el muchacho tenía un pene largo y grueso... y que estaba masturbandose ! Decidí detenerme unos instantes, no sabía que hacer. El espectaculo, a pesar de la falta de iluminación, estaba de primera calidad ! No se necesitó mucho tiempo para que reconociera uno de los cuidacoches, el más joven... Como si no hubiera atisbado mi presencia, el negrito seguía pajeandose, lo que me ponia a mil... Decidí acercarme. Cuando m'encontraba a menos de un metro de él, el joven se volvió hacia mi, enseñandome su espléndido órgano sexual en plena erección. El muchacho había bajado su short, el elástico de la cinturilla bajo sus bolas, lo que daba más relieve a sus testiculos. Entendí que no había riesgo alguno a alargar la mano y agarrar esa excepcional herramienta, que el joven negrito voluntario me presentaba. Lo acaricié con mucho cuidado. Su verga, durisima, y las bolas estaban calientes. El muchacho se afeitaba el cuerpo, porque se percibia solo la punta de algunos pelos en sus bolas y otros a la raiz de la verga. El joven se dejaba sobar, incluso bajó su short hasta la mitad de sus muslos para facilitar mis mimos. Me parecía que en mis manos su verga ganaba en rigidez y volumen. Sin duda alguna mis caricias estaban a gusto del joven macho... ...
... Por primera vez abrió la boca para decirme : "No te gusta chupar ?... Chúpala... Vamos !..." No que no tenía ganas de comerme ese trozo de carne fresca, a la vez bien caliente ! Pero, así, de pie... El muchacho entendió lmi indecisión debida a la incomodidad del lugar. Volvió a subir su short y, pasando primero, se dirigió al lado opuesto al parqueadero, adentrandose en la parte más oscura de la playa. Yo caminaba a su lado, una mano pegada a su sexo que a través del tejido podía sentir siempre tan duro como al inicio. A un centenar de metros del parqueadero, la oscuridad estaba en pleno. El joven escogió un lugar de la playa con un pequeño monticulo de arena que nos podía proteger de las miradas de improbables paseantes. El joven se quitó el short y la playera, quedandose totalmente desnudo. Su verga, trionfante, quedaba erecta. A pesar de la noche, mis ojos ahora acostumbrados a la oscuridad, estaban atados a ese estupendo órgano macho... Yo tenía prisa de apreciarne el sabor. En tres segundos me puse desnudo también. Yo también tenía una tremenda erección; pero nada que ver con el tamaño del morenito ! Además el joven no demostró ningun interés por mi sexo, ni siquiera por mi cuerpo. Se tumbó en la arena, invitandome a hacer lo mismo. Me lanzé sobre su verga que empecé a devorar con pasión, no alcanzaba a tragar más de la mitad de su verga, parte que mojaba con la más grande cantidad de saliva para facilitar mi felación. El negrito se retorcía de placer y empujaba su verga ...