1. Sargento...


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... entre mis piernas que cogió y se puso de nuevo sobre sus hombros, su glande se posó en mi esfínter y presionó sobrepasando otra vez mi entrada, el muy cabrón me la ensartó de un golpe y con firmeza, yo gemía de placer, ahuyaba de placer a la vez que le pedía que me la metiera, que me diera fuerte, que me cogiera con todas sus fuerzas.Él aceleraba las embestidas que ahora eran fuertes y profundas a petición mía, más rápidas cada vez, yo me agarré la verga y comencé a masturbarme fuertemente sintiendo que no duraría mucho más.- ¿Te gusta? ¿Eh? -me decía el sargento, aceleradamente- Pues toma verga, tómala es toda tuyaaaaaaa.- Ahhh, ahhh -yo no podía hablar, sólo suspirar y gemir .El sargento me estaba dando con todas sus fuerzas y yo sentía que con cada golpe de sus pelvis me arrasaba entero, sus huevos chocaban contra mis nalgas con fuerza en sonoras y cachondas bofetadas, el ritmo se acrecentaba al tiempo que aumentaron las obscenidades que me susurraba el sargento acompañando sus arremetidas. A mí esa lascivia verbal me calentaba aún más y le pedía que me diera fuerte más fuerte, que me poseyera, que era todo suyo, que vi culo, mi verga, mis huevos y todo mi ser le pertenecían.- ¿La sientes? -me preguntaba una y otra vez- ¿sientes mi vergota en tu culo? Ahh, ahh -salía de su garganta cada vez que me penetraba.Ya lo creo que lo sentía, estaba en la gloria y quería que no terminara nunca.- Me voy a venir -casi me gritó acelerando el ritmo y la profundidad de las embestidas.- ...
    ... No te salgas -le dije entrecortadamente- quiero sentirte dentro, quiero que te vengas en mi culo, cabrón.Y aceleré yo el ritmo de mi mano sobre mi propia verga intentando terminar al mismo tiempo.- Ahhhh, ahhhhhhhhhhhhhhh cabrón, que rico culo tieeeeeenes -jadeaba el sargento mientras las gotas de sudor recorrían su cara y pecho.Sentí el primer trallazo de semen inundándome mientras de mi propia verga salía disparado contra mi pecho, en cada embestida suya notaba salir su leche caliente contenida en esos huevazos que me llenaba, la sensación de estar derramándome encima mientras el sargento me llenaba con su semen me hacía gemir entrecortadamente, convulsionándome con cada chorro que salía de su verga y se quedaba de dentro de mí, el culo me ardía deliciosamente y dentro de mí sentía un calor inundándme todo.Después del último estertor, el sargento se dejó caer sobre mí, suspirando y buscando mi boca con la suya, yo bajé mis piernas poniéndolas rectas y abiertas con el sargento en medio y lo abracé, hipando un poco de extenuación, de puro placer vivido.Estuvimos así un buen rato, hasta que la erección del sargento fue bajando y se salió de mí, me miró y con las dos manos sujetó mi cara y me besó, me besó largamente hasta que nos quedamos dormidos, exhaustos luego de una sesión de sexo tan esperada por los dos.Entre sus brazos no tenía ya nada de qué preocuparme, él estaba conmigo y yo con él y a partir de ese momento nuestras vidas daría un giro que ninguno esperó pero que ...