1. Niña Colegiala Ultrajada


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Masturbación Autor: girlsandgirls, Fuente: xHamster

    ... cruzando la acera tras de ella.Entre más me acercaba por detrás a ella más nervioso me poníapues en verdad era una chiquilla, aunque estaba un tanto crecidita y como era unpoco gordita se veía como de 10 u 11 años. Finalmente, aunque algunas personasvenían a una cierta distancia detrás de mí, decidí atacar, era ahora o nunca.Me coloqué a un lado suyo, ante lo cual me miró bastanteasustada y por un momento pensé que iba a gritar, pero de inmediato puse mi manocomo tenaza sobre su cuello y le dije en tono seco que si gritaba o decía algole iba a encajar un cuchillo que traía en la otra mano, que estaba escondida enla chamarra. Ella no sabía que hacer y de inmediato empezó a llorar diciéndomeque no le hiciera nada, que porque a ella y preguntaba que era lo que quería, alo cual le dije que no le iba a hacer nada si me escuchaba bien y si dejaba dellorar y hacía lo que le dijera, lo cual pareció medio entender.Seguimos caminando mientras le dije que si se portaba bien yme acompañaba rápido a ver a una persona que decía que la conocía a ella, ladejaría ir inmediatamente, a lo cual me dijo aún llorando que por favor no lehiciera nada, que ella quería irse a la escuela o con su mamá. Toda esta escenade tensión me hizo percatarme que mi verga soltaba gotas y gotas de ese líquidoque nos sale a los hombres para lubricarse antes de venir, además de que mispiernas temblaban y las manos me sudaban copiosamente, pero ya era tarde paraarrepentirme y las cosas marchaban bien, nadie me había ...
    ... visto interceptarla yaunque algunas personas notaban algo raro en nosotros seguían su camino sinm*****arnos.Le empecé a hacer algunas preguntas para que no se sintieratan nerviosa, como su nombre, su edad (tenía sólo 9 años) y que materias legustaban de la escuela, lo que le permitió dejar de llorar y a mi tranquilizarmeun poco. Mientras me respondía la miraba con atención: era blanquita como laleche y algo gordita, lo que hacía que se le formaran algunas llantitas en supanza y sus piernitas lampiñas; sus ojos eran cafés e inocentes, enmarcados enuna linda cabellera castaña, amarrada en dos colitas con un par de moños verdes,traía puesta una falda de cuadritos que le llagaba hasta debajo dela rodilla ysu clásico suéter con su camisa y su mochila colgada de la espalda.Así seguimos caminando e incluso le pedí que me diera sumochila para cargarla y que pareciera que yo era su hermano mayor o algo así,asimismo, le dije que si alguien nos peguntaba algo ella dijera que yo era suprimo y que todo iba a salir bien, lo cual pareció entender aunque su miedo ynerviosismo eran evidentes. Así seguimos caminando mientras yo buscaba algúnlugar propicio para consumar lo que ya para entonces era más que una necesidad,una obsesión.Busqué asomándome en varias vecindades algún rinconcitooscuro o algo así que nos tapara de las dudas de la gente pero no tuve muchasuerte, por lo que seguí y seguí buscando hasta que encontré la puerta de unzaguán entreabierta y totalmente sola, era un edificio de ...
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