Dos chicos de película ! - Relatos Eróticos

Dos chicos de película !

... su pubis, su verga. Tomé más tiempo en sus testículos, arrastrándolos entre mis dedos. El sonido de mis caricias balsámicas me emocionó ... Observé con admiración la perfección de su aparato genital, la calidad y el color dorado de su piel, la especie de costura que separaba sus bolas y dividía su escroto en dos mitades iguales. Una de mis manos se zambulló bajo su perineo para acceder otra vez a su ano. Empujando con un dedo la estrella de su agujero virgen, alcanzé a entrar unos centímetros dentro de su recto. El esfinter me apretó de inmediato el dedo como si fuera el vigilante de un lugar prohibido. Mauricio se retorció como si esa tentativa de intrusión lo había molestaba, pero también, al mismo tiempo le había dado placer. Había sin embargo tomado la precaución de cubrir mi dedo con una buena capa de bálsamo, pero no fué suficiente. Será por otro día ?

Le pedí de voltearse, para cuidar ahora sus nalgas. Sin protestar Mauricio se acostó en su estómago presentandome su hermosa y rebotada colita. Mis manos empezaron a manosear esos dos montecillos de carne con un placer inmenso. Mis manos iban ...

... y venían en su raya tan tentadora, hasta cepillando varias veces su pequeño agujero... Que morbo ! Me prometí explorarlo un día en toda su profundidad !  Mi masaje no tenía fin. Sentía tanto placer en acariciar ese adolescente que habría pasado horas jugando con cada parte de su cuerpo. Fué él quien puso fin a este delicioso momento. Tenía que irse a su casa. Me dió las gracias... por la sesión de cine, los momentos pasados en mi casa, por la fantástica mamada sobretodo (la mejor de su vida !), y la depilación también...

Cuando se vistió, me prometió volver un día, muy pronto, a mi casa, si me interesaba... pero un sábado... o un domingo. En esos días tiene más tiempo y quería que lo chupara de nuevo como hoy con más tiempo... Quería también que le enseñara otras cosas del sexo, posturas... para follar mejor las chicas... o cómo venirse varias veces seguidas... En fin, muchas cosas !  Intercambiamos nuestros números de celular. Me ofrecí a llevarlo a su barrio, pero temía que alguien lo viera y prefirió volver solo en bus. Lo ví irse con pesar. Y por la noche, para dormirme tuve que masturbarme !