1. En los vestuarios del gimnasio


    Fecha: 26/11/2017, Categorías: Gays Autor: elalcalde, Fuente: CuentoRelatos

    ... apuntándome. Se estaba pajeando. No pude evitar una nueva erección que provocó su sonrisa mientras me veía mirar fijamente su polla. - ¿Te gusta? ¿Quieres jugar? Noté subir el color a mis mejillas. Pero mi polla, dura, contestaba por mí. - Anda, ven… date otra ducha conmigo. Ven… Solté los calzoncillos, pero seguía quieto. - Ven… ven aquí… no te hagas de rogar, anda. Ven… Apenas me había dado cuenta de que me había puesto en movimiento y que me había acercado. Como siempre, un hombre mayor que me mandase me llevaba a obedecer casi siempre. Fui consciente cuando su mano mojada me cogió el brazo para meterme en la ducha con él y el agua de la ducha me empapó, corriendo desde mi pelo por todo mi cuerpo. Me abrazó, su polla contra mi polla, su mano en mi culo. - Hmmmmm… ¿quieres que vayamos a la ducha del final? - Si… Me empujó suavemente y recorrimos el pasillo para entrar en la última, yo por delante. No abrió el grifo, sino que me abrazó por detrás y me besó en el cuello mientras sus manos recorrían mi cuerpo de las tetas a la polla. - Estás caliente, ¿eh? - Si… - Quieres polla, ¿eh? - Sí… - Ponte con las piernas abiertas y apóyate en el grifo, que la vas a tener… En esa postura, apenas cabíamos. Al apoyarme en el grifo, mi culo le apretaba contra la pared. Su polla, aún enjabonada, buscaba dónde colocarse. Me sujetó por la cintura y empezó a apretarse contra mí. No tardó en encontrar mi puerta y me metió la cabeza de la polla. - ¡Ayyyyy! - Tranquilo, cariño. Un poquito ...
    ... más y a gozar… Siguió entrando con facilidad. Mi cuerpo se abría y se ofrecía haciendo un poco de fuerza hacia atrás. Su polla estaba dura y entraba con sus empujones. - ¡Ahhhhh! - Ya está, cariño. Ya está dentro… Aguanta… - No es dolor, es gusto… Ya la noto dentro. Sigue, sigue… Empezó un mete-saca lento, percutiendo cuando llegaba al fondo. No pude evitar algún grito acompasado a sus embestidas que se mezclaban con sus risas y sus bufidos de placer. Cuando me llegó el orgasmo, no pude evitar acompañarle con un grito prolongado. - ¡Aaaaaayyyyyyy, Dios! Aún siguió bombeando un ratito antes de apretarme fuertemente quedándose dentro. Noté las pulsaciones de su polla, latiendo cada vez más pausadamente mientras un calor se esparcía dentro de mi culo. Se había corrido. Estuvo un poco quieto. Luego la fue sacando muy lentamente, pasó su brazo por mi cintura y me apartó de debajo de la ducha. - Cuidado. Voy a abrir. El agua empezó fría, pero no tardó en calentarse. Nos lavamos juntos. Él me limpió el culo metiéndome los dedos, primero con jabón y luego con agua. Me trataba de forma delicada. Yo me dejaba, complacido. Cuando terminamos, nos fuimos hacia los armarios. Ninguno teníamos toalla, pero no había nadie. Nos secamos. Cuando ya tenía los calzoncillos de nuevo en la mano, me abrazó por detrás y me besó en el cuello. - Ha sido fantástico, cariño. Lo tenemos que repetir. - ¡Joder, ten cuidado, nos pueden ver! - Ja, ja, ja. No te preocupes tanto, hombre. Llámame Fer. Realmente ...