1. La vecina enyesada


    Fecha: 26/11/2017, Categorías: Primera Vez Sexo con Maduras Autor: pepitito, Fuente: xHamster

    ... la edad que yo le había adjudicado. No era gorda, por el contrario. Era alta y la única parte de su cuerpo que destacaba eran sus tetas, tamaño 95 centímetro, el resto de su cuerpo realmente no desentonaba y ocultaba su verdadera edad.Pasaron unos días y ya casi me había olvidado del incidente aquel, cuando recibí una llamada en mi celular. Era Mela que me invitaba en dos días más a cenar en lugar del almuerzo. Como es de imaginar desde el mismo momento de esa llamada mi cabeza no hizo más que pensar en sacarle provecho a ese nuevo encuentro y que el mismo tuviera un final acorde a mis deseos.El día indicado estaba yo tocando el llamador de su casa con un ramo de flores en mis manos, cuando Carmela me recibió con un beso largo y sonoro en mi mejilla, que yo retribuí con otro, que maliciosamente le di cercano a su boca.Sorpresivamente ya no lucía el yeso en su tobillo. En cambio le habían colocado una venda elástica que le permitía mejores movimientos.Al ingresar en la casa me encontré con algo diferente a la vez anterior. La sala estaba a media luz, se escuchaba una música romántica y lo mejor era la propia Mela, perfumada y vestida para la ocasión con un vestido negro ajustado a su cuerpo que resaltaba mejor sus atributos físicos y donde prevalecían sus dos magníficas tetas que un atrevido escote en V permitía apreciarlas. El vestido tenía sendos tajos a los costados que llegaban hasta la mitad de sus muslos. Eso no era todo, estaba maquillada y lucía un peinado distinto ...
    ... al que le había conocido, esta vez teñido de un color castaño claro que ocultaba sus canas. Todo ese conjunto resaltaba sus hermosos ojos celestes. Tenía ante mí una mujer madura muy hermosa con una presencia física deslumbrante. Debo reconocer que me dejó impactado.La mesa ya estaba preparada con los cubiertos dispuestos en sitios muy cercanos, y dos velas aún apagadas lucían en la misma. También sobresalían las copas de cristal, todo sobre un mantel bordado muy elegante. La velada se presentaba interesante.Me invitó a sentarme un sillón y se sentó a mi lado para iniciar una charla previa a la cena. Fue allí que me contó que no tenía hijos, solo sobrinos que no vivían en la ciudad y que la visitaban de vez en cuando. Su vida era bastante solitaria y solo la compartía con amigas de su edad con las cuales se reunía a menudo para jugar cartas y el cotilleo habitual. Me dijo que por fortuna no pasaba privaciones porque el finado había tenido suerte con los negocios y la herencia recibida le permitía tener una vida holgada matizada con frecuentes viajes que realizaba con sus amigas. Mientras se desarrollaba la conversación, bebíamos un aperitivo que previamente había servido.Pasamos a la mesa, previo el encendido de las velas que quedó a mi cargo. La comida muy buena por cierto, acompañada por un excelente vino procedente de la bodega que había dejado el finado, trascurrió en un clima distendido donde tocamos muchos temas triviales y algunos privados. Me tuve que someter a su ...
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