1. Confidencias 12 Coche de lujo para follar en la calle


    Fecha: 26/11/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... calles de la ciudad, cerca del gran parque de los patos. Estábamos aún lejos y vi en una de las mesas de la terraza a mis padres, les acompañaba Eduardo. Apresuré el paso y Pablo me sujetaba de la manga para retenerme, Eduardo se levantó de la silla y miraba serio y enfadado a mis padres, hablándoles con la mirada fija y con signos de molestia, no escuchaba sus palabras y se giró para acercarse a un coche que le esperaba. Su chófer le abrió la puerta y arrancó en el momento de nuestra llegada. Miré el anillo en mi dedo corazón y luego a mis padres. Nos habíamos sentado en su mesa y el camarero nos sirvió los zumos que habíamos pedido. -Quería haberle dado las gracias a Eduardo por el regalo, parecía ofendido. Hablaba mirando a papá y éste colocó la mano sobre mi muslo. -No tiene importancia, esto no tiene que ver contigo. La comida resultó estupenda pero el ambiente estaba cargado y no sabía quien estaba molesto con el otro. Pablo casi no hablaba, mamá tampoco y el único que aparentaba estabilidad y estar alegre era papá. Después de comer nos marchamos para casa, a la tarde había quedado con Rubén y algún amigo para salir a dar una vuela o al cine y Pablo saldría con Erico y sus amigos. A la noche no esperé como la anterior, cuando noté que no dormía me fui directamente a la cama de Pablo. Me preguntó por cómo había pasado la tarde y él a su vez me contó que habían estado con una chica en la casa de mi primo y se la habían follado los dos. Esas confidencias conseguían ...
    ... tranquilizarme y que me fuera durmiendo. Habíamos estado esperando a papá para cenar y no apareció, no había llegado aún cuando me quedé dormido. Me despertó un fuerte y sonoro golpe y asustado me abracé a Pablo. -Tranquilo, es papá que llega ahora. No entendía que podía estar haciendo en el piso superior y a esas horas. Encendió las luces del pasillo y apareció en la puerta, no encontraba el interruptor de la luz y lanzó un juramento. -¡Puta luz! Pablo encendió la de su mesita. -¿Qué haces aquí? Sin duda papá había bebido y se acercó tambaleante a la cama. -Levántate, quiero estar contigo. Iba a obedecer la orden y retiré la ropa de la cama. Entonces Pablo se colocó delante de mí. -¡No! Oriol está muy bien conmigo, no te lo llevarás. Papá balbuceaba y a veces no se le entendía, estaba más borracho que nunca, como no recordaba haberle visto, y para colmo mamá apareció en la puerta. -Vamos abajo, tienes que darte una ducha para despejarte. Sujetó a papá por un brazo. -Mi hijo se viene conmigo. Me cogió de la mano y Pablo le sujetó la suya para que me soltara. -¡Desagradecido! Te devolveré al pueblo, no debí sacarte de allí. Poco a poco fue cediendo y entre mamá y Pablo se lo llevaron al piso de abajo, Pablo tardó en regresar y le esperaba temblando. Me había quedado frío y temblaba todo, de incertidumbre, de miedo, de frío, sentí sus brazos y el calor de su cuerpo envolviéndome. -¿Qué sucede Pablo? ¿Qué está pasando? Me abrazaba convulso a su pecho. -Nada, ha bebido de más, ...
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