1. De niña a perra


    Fecha: 28/11/2017, Categorías: BDSM Autor: perrita, Fuente: CuentoRelatos

    ... despacio, pero obedeció. Primero cayeron las tiras del hombro, pero no iba lo suficientemente deprisa para mi gusto y se lo termine bajando yo mismo. Eso la asustó, pero en cierto modo la puso cachonda. Contemplé parte su hermoso cuerpo desnudo durante unos instantes mientras la chica no me podía mirar a la cara. Pero no importaba, la erección aun me duraba y tenía muy claro que era lo próximo que deseaba hacer. La di la vuelta y apoye sus manos contra la pared. -Tienes suerte de tener un amigo tan húmedo, niña. Esto normalmente duele más. Tengo mucha experiencia con el sexo anal gracias a mis putas, así que un culo virgen no fue ningún problema para mi. La penetre despacio mientras aplastaba sus pechos con ambas manos. Sonreí con satisfacción porque de su boca no salió sonido alguno. Al finalizar, me sentía en la gloria bendita. Lo único que lamentaba de veras era no haber utilizado su boca para nada. -No salgas del baño hasta dentro de un rato, y cuidado con lo que dices. No hay ni una sola marca en todo tu cuerpo que indique algo distinto al consentimiento. Se tomó su tiempo en regresar. Cuando la vi avanzar hacía mi, descalza, con su vestido blanco y corto, avanzando a través de un pasillo lleno de gente dormida, sin saber muy bien que hacer con sus manos, me pareció la novia más infeliz del mundo. -Toma ten, te las has ganado. -¿y mis bragas? -Aun te queda un agujero que no he probado, niña. -Mire a mi alrededor- y será mejor que lo hagas antes de que despierten todos. ...
    ... Ya sea porque no la quedaban fuerzas para desobedecer o porque se lo había imaginado, se arrodillo en mitad del pasillo y empezó a chupar. Mi polla contenía restos de jugos vaginales, excrementos, sangre y a decir verdad, es que a esas alturas no estaba muy seguro de que me podía salir y tenía más ganas de mear que de otra cosa, pero lo que importa es que algo salió y algo fue tragado. Volví a mi asiento y me dispuse a dormir. -¿A tenido la señorita un viaje agradable? -O si, muy agradable, hemos ido durmiendo todo el camino, como el resto. La azafata se marchó sin más preguntas, pues lo anterior era mera cortesía. Mire a la chica. -¿Vas a tener miedo de aterrizar? Me miro con un odio infinito, pero no dijo una palabra. Fuimos los últimos en levantarnos y salir del avión, y para mi asombro, los jóvenes no la hacían ningún caso y los que pensaba que eran sus padres, no lo eran. Ella seguía caminando a mi lado, como si nos hubiéramos convertido en amigos inseparables. No tuve más remedio que preguntar lo evidente. -¿Has viajado sola? -Sí. -¿Y quién te espera? -Nadie me espera Era una respuesta que no tenía el menor sentido, a todo el mundo le espera alguien. Cuando llegamos al control de pasaportes, el poli no hizo demasiadas preguntas, pues todo estaba en regla. Seguimos avanzando hacía la recogida de maletas, y para mi sorpresa, ella a pesar de llevar solo el equipaje de mano, me espero. Incluso me espero cuando fui al baño a mear. A nadie le pareció raro que una chica joven y ...
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