1. Mi Profesor del sexo


    Fecha: 26/08/2020, Categorías: Jóvenes Tus Relatos Autor: Michelle Ruiz, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... la situación. 
    Yo no tenía nada qué decir. Él tenía toda la razón como siempre. Yo quería más! yo quería... Todo!
    No sabía bien cómo sería, pero él era mi profesor y esa era una clase muuuuy especial... Yo no tomaba notas, pero ponía muuucha atención... 
    -Primero quiero probar estos juguitos. 
    Me abrió las piernas y su lengua me hizo enloquecer... Hurgando en mi intimidad como lo había soñado... Sentía un gran placer que no intenté disimular (y que, de todos modos, no hubiera podido). 
    A él le gustaba escuchar mis gemidos y yo estaba feliz con ese hombre! 
    -Esta vaginita ya exige verga! Estás lista para ser mi mujercita? 
    -Sí profe! Lo deseo mucho! 
    Abrí las piernas lo más que pude, dejándole ver bien mis "cositas" e invitándolo a penetrarme al fin. 
    Sentía su verga dura y calentita entrando en mí muy lentamente, como permitiendo a mi vagina a acostumbrarse a su "visitante". 
    No dejábamos de mirarnos y sonreirnos. Ambos lo estábamos disfrutando mucho... 
    -Me encanta que me mojes con tus juguitos! Qué rica estás! Ya quería que fueras mía! 
    -Sí profesor! Nunca me inaginé que sería tan rico! 
    Él me daba rápido y fuerte, nuestros gemidos y los choques de nuestros cuerpos me exitaban más. 
    Además de que me chupaba los pezones, me besaba delicioso y a ratos me acariciaba el clítoris... No descuidaba nada! 
    Así estuvimos unos minutos. Me sostenía de los tobillos, me abría las piernas, las juntaba, las flexionaba o me ponía de lado. Yo gozaba como loca! 
    Me puso de ...
    ... perrito y seguía dándome verga, cuando me dió una nalgada muy fuerte que hasta me sacó de onda. 
    -Te dije que te iba a castigar mi amor. Vamos a empezar. 
    Yo con su verga adentro, eso no tenía sentido. 
    Me dijo:
    -Relájate y te va a doler menos. 
    Eso no sonaba nada bien. Pero siguió, y yo me dejé hacer. 
    Chaz! Sonaba la segunda, la  tercera, cuarta nalgada... 
    Yo aún estaba gozando, y hasta más que antes... Era raro, no entendía cómo es que un castigo que generalmente me dolía y lastimaba, (cuando mis padres me nalgueaban), ahora lo estaba disfrutando tanto. Y eso no era importante. 
    Perdí la cuenta en unas veinte nalgadas... Y me seguían gustando. 
    -Entiende mi princesa que lo hago por tu bien. 
    -Sí profe! Lo entiendo. Perdón, perdón. Siempre voy a hacer todo lo que usted diga. Se lo prometo! 
    Me brotaban algunas lágrimas pero juro no estaba sufriendo, sino todo lo contrario...
    Yo seguía con la verga de mi amado profesor adentro y él me acariciaba, me golpeaba y comenzó a besar mis nalgas y culito. 
    Cuando cesaron las nalgadas...
    -Profe ese es su dedo en mi colita? 
    -Qué lindo tu culito princesa! Tan rosadito y cerradito! Si no te gusta esto, saco el dedo. 
    -Sí me gusta! Siento cosquillitas diferentes. Me gustan! 
    Me besaba, y acariciaba muy rico con un dedo y aún me daba una que otra nalgada. Sin dejar de mover su verga en mi conchita y mojar su mano con mis jugos al pellizcar mi gatito bien erecto. 
    Cuando sentí dos dedos en mi ano, me empecé a preocupar ...