1. Inmigrante (03)


    Fecha: 07/12/2017, Categorías: Infidelidad Grandes Series, Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... para tener sexo en grupo o ir a locales de intercambio. -Eso no lo consentirá jamás, no sabes lo celoso que es. Permite estas salidas de amigas porque supone que vamos a cenar y tomar algo en una terraza, y aun con todo, consintió después de muchas y duras discusiones. -¿Vienes aquí en busca de sexo? -No, pero alguna vez ha surgido algún rollo de una sola vez. Nos preocupa que nuestros maridos se enteren. De todas formas, es muy difícil encontrar a alguien con quien follar, nos limita mucho. -¿También tus amigas? -Sí, las cuatro venimos a lo mismo, pero sobretodo, a pasarlo bien. -¿Saben lo nuestro? -Sonia y Marta sí, y sé que les gustaría estar en mi lugar, sobre todo, después de contarles lo que disfruto. Ana no sabe nada. No nos ha parecido bien contárselo, a pesar de que sabemos que no hay nada entre vosotros. -Mejor, y espero que siga así. Terminamos la conversación, se vistió y salió a la sala. Mientras yo terminé de vestirme y limpiar todo. Menos mal que el sillón era de imitación piel y lo pude limpiar bien, porque lo había puesto perdido con la lefa que escurría de su coño. Cuando salí, Marisa contaba algo a las otras y me di cuenta de que me seguían con la vista. Al rato, ambas fueron turnándose para ir baño por separado, lo que me dio una idea de lo que fueron a hacer. Al día siguiente, al salir para ir a trabajar, llamé por cortesía a la puerta exterior de Ana, saliendo la criada, a la que pregunté si Ana se encontraba en casa. Me dijo que no, que había salido ...
    ... temprano y no la esperaba hasta la noche. Me interesé por su estado, comentando lo dicho por sus amigas. Me confirmó que era algo pasajero y se encontraba bien, por lo que me despedí y marché al trabajo. Siguieron pasando los días, pasó del tercer mes y llegó el cuarto, el abogado me pagó lo establecido. Conseguí homologar mi carnet de conducir y me compré un viejo utilitario. Los días que tuve fiesta, los dediqué a realizar visitas para buscar trabajo. Ese mes coincidieron mis días de fiesta en viernes y sábado. El viernes me acosté temprano y el sábado me levanté más temprano que de costumbre. A eso de las once, llamaron a la puerta. Una llamada simple, pero estaba secándome después de la ducha y, pensando en Marisa, me puse la toalla alrededor de mi cintura y salí a abrir. Era Marta. De pié en el rellano, no decía nada. Yo le di los buenos días y ella correspondió. Se la veía nerviosa y miraba constantemente a suelo. -Hola Marta, ¿qué te trae por aquí? -Eeeeh. Es queee… Estuvimos ayer en la discoteca y no te vimos, y venía a ver si era porque te encontrabas mal. -¿Quieres pasar? Acabo de ducharme y me estaba secando. Si esperas un momento te atenderé como es debido. -Sí, lo que tú digas. -Dijo simplemente. La hice pasar y la invité a sentarse en salón. Pero recordé la conversación con Marisa sobre que les gustaría estar en su lugar, y viéndola tan tímida, le dije con el fin de animarla: -Siéntate y espérame un momento. ¿O quieres venir a secarme tú? -Sí. Lo que tú digas. ...
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