1. Por Amor


    Fecha: 24/12/2020, Categorías: No Consentido Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEroticos-Gratis

    ... Luego supe que eran Nerio, Gerdy y José Daniel.
    José Luis me indicó que siguiera adelante y los conduje a la habitación de la señora Carmen. Estaba petrificado
    frente a esa puerta y no sabía qué hacer. Entonces fue Raúl quien comenzó a tocar violentamente. Se escucharon pasos al otro lado de la puerta.
    “Rosalba?” Nadie respondió, pero Raúl siguió golpeando más y más fuerte.
    “¿Rosalba? ¿Qué está pasando? ¿Quién está allí?”
    Al final tomé coraje:
    “Señora, por favor abra. Hay personas que quieren hablar con usted”.
    “¿Qué estás diciendo? ¿Quién está contigo?” La jueza giró la llave para abrir, pero cuando escuchó que alguien estaba empujando la puerta, trató de cerrarla, pero ya era demasiado tarde, la puerta se abrió y la señora Carmen vio a un tipo encapuchado agarrándome el pelo con una mano y sosteniéndolo el otro apuntó con un arma a mi sien. Fue José Luis, ante quien Raúl pasó, también con una pistola en la mano.
    Raúl apuntó el arma a la señora Carmen, a quien conocía bien. Fue ella quien lo obligó a hacer todos esos años en la cárcel.
    Raúl la estaba mirando, cuadrando de arriba a abajo a la mujer que llevaba un camisón negro. La jueza tenía 43 años y todavía era muy hermosa. Tenía el pelo largo y negro, ojos verdes y un cuerpo muy hermoso.
    “Las manos detrás del cuello. Ve a la cama y acuéstate sobre ella”
    En ese momento pensé en intervenir, sobre todo porque la señora no dudaba de mí, sino también porque realmente esperaba que José Luis y sus amigos no ...
    ... exageraran en sus acciones.
    “Por favor no nos lastimes. La señora tiene muchos objetos de valor aquí. Tómalos, pero no nos lastimes”
    La señora trató de mantener la calma, tenía las manos detrás de la cabeza, pero no retrocedió.
    “Mi doméstica tiene razón. Toma todo lo que quieras: joyas, dinero y mi auto. Pero déjala ir y baja esas armas por favor”
    Raúl le hizo un gesto a Josè Luis para que me dejara agarrar.
    José Luis me sacó de la habitación y, fuera de la vista de la señora, comencé a gritar y a quejarme, fingiendo que mi esposo me estaba golpeando. Luego, José Luis me tomó por el cabello nuevamente y me arrastró a un armario que estaba justo en frente de la habitación. Me encerró y no niego que me sentí aliviado porque me sentí menos culpable por no poder ayudar a la señora.
    Pero quería seguir entendiendo lo que estaba sucediendo en la habitación, así que puse mis ojos en el ojo de la cerradura desde donde podía ver toda la escena.
    Vi a Raúl frente a la señora Carmen, que ahora no tenía manos detrás del cuello.
    “¿Está bien, señora? Como puede ver, por el momento no necesitamos a su doméstica. Ahora solo nos ocupamos de usted”
    Raúl avanzó hacia la Sra. Carmen y también a José Daniel, Gerdy y Nerio se acercaron. Poco después, también José Luis regresó a la habitación.
    La Sra. Carmen estaba rodeada de esos hombres, pero ella seguía hablando con voz tranquila.
    “Aquí están las llaves del auto que está aquí afuera. Luego está la caja fuerte”
    Raúl no dijo nada y siguió ...
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