1. Profesor de colegio


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ahí vestida como te da la gana, este es un colegio muy respetable donde sólo acuden jóvenes que quieren prepararse para ser señoritas. Debes aprender a llevar el uniforme correctamente, y para enseñarte, empezaremos por ver tus errores. ¿Qué hiciste para tener a la hermana Marisa tan enfadada? -Verá usted Don Miguel, a veces la hermana Marisa se enfada porque llevo la falda por más arriba. Mientras hablaba, se iba subiendo la falda por debajo del jersey, poco a poco se iban descubriendo sus preciosos muslos; suaves, inocentes y blanquitos. Ya se había puesto nerviosa de nuevo, pues la situación le resultaba extraña. Mientras se subía la falda se balanceaba de un lado a otro ligeramente. Sin mover los pies. En el despacho ya hacía bastante frío, y en el balanceo de todo su cuerpo sólo dejaba de mirarla los muslos para comprobar que sus pezones seguían duros. -Me la pongo así. -¿Si?, pues según la hermana Marisa, a veces te subes la falda aún más. -¿Más? Al subirse la falda había abandonado la postura reglamentaria para dirigirse a un profesor. Sus manos ya no estaban en la espalda, sino que tenía los brazos en jarras. Aquello me desilusionó un poco, porque me gusta ver a las jóvenes de pie frente a mi con las manos detrás de la espalda. Decidí utilizar aquello para ponerla un poco más nerviosa. Quería que estuviese tan asustada que se limitase a hacerme caso, y no se diese cuenta de lo cachondo que estaba. Di un fuerte golpe en la mesa y exclamé: -¿Es que no sabes donde debes ...
    ... poner las manos al hablar a un profesor? La pobre se puso colorada y balbuceó: -Lo... lo siento Don Miguel -dijo mientras colocaba las manos detrás de la espalda. -Te decía que según la hermana Marisa, a veces te subes más la falda. Ya no contestó "¿Más?", sino que dijo: -Sí, a veces me la subo más. Después de decir eso comenzó a subirse más la falda, mientras me miraba. La pobre Cristina no se atrevía a parar. Se subía la falda despacito, esperando que yo le dijese que parase. Dejé que se subiese la falda hasta que me enseñó todos sus muslos. Tenía un hermoso par de piernas delgadas y suaves. Tenía la falda realmente subida, calculé que si se la subía un poco más, me dejaría ver sus braguitas. -Así que tú crees que esa es forma de llevar el uniforme. -Pero la hermana Marisa no le ha dicho la verdad, yo nunca llevo la falda así. -Ya, ¿esperas que te crea a ti en lugar de a la hermana Marisa? -Pero, es verdad... -Aquí la única verdad es que tú has sido desobediente. -Pues castígueme si quiere, pero no me mande a casa. Mi padre se va a enfadar mucho. Era un espectáculo increíble, no podía apartar la vista de sus piernas. Su inocente balanceo nervioso movía la faldita de un lado a otro. No podía dejar de preguntarme cómo y de qué color sería su ropa interior. -Ya, ¿y que castigo crees que debo imponerte? -No sé, si quiere a partir de ahora llevaré el uniforme como usted me diga, le haré un trabajo especial para su asignatura y haré los ejercicios de gimnasia. -¿Serías capaz de ...
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