1. Se había levantado de mal humor


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Dominación Autor: dom.peri, Fuente: SexoSinTabues

    ... fue introducida en uno de los condones y casi sin avisar acabó a su vez penetrando su sexo por la parte más gruesa de la misma. A esas alturas estaba increíblemente mojada y no fue nada difícil acogerla. Si se te cae, recibirás diez azotes. ¡camina nuevamente por el pasillo que quiero verte con una zanahoria clavada en tu coñito! Tras dos o tres pasos, la zanahoria se desprendió y resbaló hasta el suelo desatando mil y una furias. Ató sus manos con una bolsa de plástico rota por la mitad subiéndose encima de ella propinó diez azotes con la pala de madera del pescado sobre su blancas nalgas. El picor contrastaba con el golpe de adrenalina y placer que recorría su cuerpo. Él paró. Y situándose detrás de ella introdujo un poco más dentro la zanahoria envuelta en el condón. ¡Ayyyyyyyy! La notó tan dentro que casi parecía que iba a desaparecer por la abertura de su chocho. Aprieta joder, que no quiero que se te caiga. ¡Quiero verte caminar con una zanahoria en el chocho! Esta vez, concentrada en la presión de sus muslos y su coño entorno a la zanahoria no sólo no se cayó sino que pareció encajarse a la perfección en su anatomía. Recibió una recompensa. un par de tirones de las pinzas de sus pezones para comprobar su agarre y quitándolas y volviéndolas a poner de manera alternativa permitiendo a la sangre que volviera a circular por las aureolas sonrosadas de sus senos, potenció la mezcla de dolor, gusto y placer que comenzaba a ahogar su cerebro de hormonas. Comprobando con un ...
    ... leve empujón que la zanahoria seguía en su sitio, comenzó a repetir la misma operación con otra zanahoria y la entrada casi virgen de su culito. Como si de un hilo enhebrando una aguja se tratase, como si de un tornillo entrando en un trozo de madera, como si de un remache de hierro atravesando al rojo la forja del herrero en la fragua, notó como la segunda zanahoria tenía más dificultad en aposentarse en el interior de su ano. Abre la boca – y obedeciendo abrió la boca hasta que estuvo dentro sabiamente manejada por el buscando una perfecta lubricación con su propia saliva. La excitó pensar no en una zanahoria sino en el miembro de su Amo aún no catado, no saboreado. Húmeda como estaba, y algo más relajado su ano, cedió más fácilmente a la presión e intrudiendose esta vez por su parte más fina, avanzó misteriosamente a lo largo de todo el interior de su culito tragón. Abrió los ojos de manera inmisericorde, dolorida por la violación de su último orificio virgen. Galopa nuevamente. Y la operación se repitió no acostumbrada a ningún intruso en su interior. La pérdida de aquel rabito naranja alojado en el interior de su culito provocó 20 azotes con la pala del pescado. De hecho tenía sus dudas de si aquel olor penetrante se correspondía con que estaba mal fregada o con el propio olor de su humedísimo coñito. Se hizo a los intrusos y comenzó a galopar con más presteza pasillo arriba y pasillo abajo. Ahora quiero que te vayas acostumbrando a una operación fácil incluso para ti, ...
«1...345...8»