1. Se había levantado de mal humor


    Fecha: 01/01/2018, Categorías: Dominación Autor: dom.peri, Fuente: SexoSinTabues

    ... pequeña yegua de circo. Y poniendo un tercer preservativo cuyo papel metálico volvió a meter dejajo de la alfombra, lo introdujo en un razonable calabacín de calibre apreciable que fue alojado en su boca dificultando la respiración y obligándola a babear sin misericordia, rezumando humillación por la comisura de sus labios. La estampa se resumía en: Manos atadas con la bolsa de plástico de grandes almacenes rota. Penetrada por dos zanahorias y en posición de felación de un calabacín. Su mente no calibraba la situación sólo ir y venir en el proceso de doma por el pasillo de su casa. Dolían las rodillas y su Amo pareció leerle el pensamiento ayudándola a levantar la puso frente a Él. Jugueteando golpeaba las pinzas de sus pezones arrancados gemidos que sobresalían y pugnaban por salir a través de aquel calabacín insertado en su boca. ¡Grrrrrrrrrrrrrruuuuuuuuhhhhhhhhaaaahhhhhhg! O algo así parecía la trascripción fonética de sus gemidos. Había encontrado su Amo, el collar del perro que no mucho tiempo atrás se había muerto y se lo puso obligándola a pasear tirando de él por los pasillos de su casa. La llevó al cuarto de baño y mostrándola a sí misma a la imagen que devolvía el espejo de la mampara de la bañera mostró su verdadera condición, mujer sumisa necesitada y ansiosa de una doma severa por su Amo, su verdadero camino. Fíjate, tienes los pelos del chocho sin depilar, me prometiste que lo harías. A duras penas intentó dar una explicación que no pasó más allá de ...
    ... ¡Grrrrrrrrrrrrrruuuuuuuuhhhhhhhhaaaahhhhhhg! Sentándose su Amo en la taza del váter, la obligó de dos palmetazos entre la cara interna de sus muslos abrirlos exponiendo frente a Él su sexo tremendamente dilatado por la zanahoria insertada. Ésta cayó incapaz de ser sostenida ni un minuto más por la apertura de aquellos músculos vaginales terriblemente dilatados y húmedos, sin capacidad de retención alguna. No pareció disgustarle aÉl, sobre todo cuando quedó expuesto aquel agujero del chochito simulando la entrada al “Tren de la Bruja” de un parque de atracciones. Había abundante maquinillas desechables, la afeitó con esmero, no dejando ni el más minúsculo resto de vello púbico adherido a su piel. La volvió frente al espejo obligándola a ver con nitidez la depilación de su vello íntimo, abandonando el último resto de formalidad y clase. sexo depilado para Él y sus deseos. le gustó idea y su cumplimiento. Extrajo el calabacín y la zanahoria, mostrando al igual que en su chocho, dos nuevas cavidades tremendamente dilatadas, de hecho notaba en la boca agujetas que le provocaban dolor si intentaba cerrarla y relajación si la mantenía abierta. ¿Cómo te sientes?¿Húmeda o seca? Húmeda mi Señor. ¿Seguro? Comprobémoslo Y acto seguido sacó de uno de los bolsillos de su abrigo, unos guantes de cuero negro que brillaban por la calidad del curtido de su piel. Se los puso, y por un momento pensó que serían utilizados para no dejar marcas en su piel. Y sin embargo. Y sin embargo con dulzura extrema ...
«12...456...»