1. La soledad de mi hermana Vero.


    Fecha: 02/01/2018, Categorías: Incesto Autor: arteomx, Fuente: SexoSinTabues

    Mi mano estaba a escasos milímetros de su pezón, por sobre la blusa, y con muy ligeros movimientos, de vez en cuando llegaba a rozarlos provocando que se endurecieran y levantaran como queriendo reventar el sostén. Primer relato en: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-30135.html Segundo relato en: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-30971.html Hace unos pocos años, como suele suceder en todos los matrimonios, surgieron problemas entre mi hermana Vero y su inútil marido. Tales problemas nunca se solucionaron de forma satisfactoria y se fueron acumulando hasta convertirse en una olla de presión que en definitiva tenía que explotar algún día. Después de la ruptura, mi hermana se fue a vivir a un departamento pequeño que hace años nadie ocupa y que estuvo en abandono llenándose de desagradable olor a humedad y hongos. Como yo raramente trabajo entre semana, me ofrecí para ayudarle a remodelar el inmueble y dejarlo en óptimas condiciones para habitarlo. Vero se estaba hundiendo en una depresión que le hacía llorar a cada momento y para ello, se distanciaba de todos buscando la soledad para dar rienda suelta a su tristeza. Como a los dos meses de su separación, se llevó a cabo la mudanza, y al terminar de acomodar los muebles, mientras mi sobrina Montse estaba en el jardín de la unidad habitacional, vi a Vero llorar en la ventana y me acerqué a ella para tratar de consolarla. -Debes tratar de olvidar tu tristeza y seguir adelante. –Le dije. –No puedes pasar la ...
    ... vida llorando como si no existiera nada más que tu ex. Recuerda que tienes una hija por quien ver. -Es que me cuesta trabajo no pensar en él. –Dijo recostando su rostro en mi pecho. – Aún no encuentro trabajo y se están acabando mis ahorros. -Por eso no te preocupes. Es más, si quieres, por el momento dedícate de lleno a tu hija y yo mensualmente les pasaré una pequeña pensión para que la vayan pasando. Ya después, con más calma podrás conseguir algo. No sé si fue por sentir algo de alivio o porque de pronto se acordó de nuevo de su marido, pero su llanto escapó de nuevo y la abracé desde un costado respetando sus lágrimas pero sin abandonarla completamente. En un momento, en que volteó hacia el lado contrario para limpiar su nariz, mi mano resbaló sin querer de su hombro y se posó casi imperceptiblemente sobre su seno izquierdo y me hizo reaccionar levantando un poco los dedos para evitar el contacto directamente con ellos, sin embargo, no pude terminar de moverla pues ella detuvo mi movimiento con el antebrazo y pude sentir claramente en la palma ese calorcito que emanaba de su pecho. Al terminar de limpiarse la nariz, volteó de nuevo hacia la ventana pero no permitió que mi mano se separara. Cuando quitó el antebrazo, el resorte natural de mis músculos hizo que la mano se separara de su seno. Seguimos hablando de sus planes y cómo solucionar los problemas actuales y futuros y poco a poco sin darnos cuenta nos fuimos acercando cada vez más. Mi mano estaba a escasos milímetros ...
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