Un trío no planeado - Relatos Eróticos

Un trío no planeado

... penetraba, así que agarre sus pechos, bese su cuello y continué haciendo que mi pelvis rebotara en su culo. Fue entonces cuando la puerta de la bodega se abrió y vi una sombra delgada, parecía una mujer. Andrea se alejó de mí y pude notar una sonrisa suya en medio de la poca luz que había. -Tú debes ser la famosa Vannesa- dijo Andrea con un tono de burla. Sorprendido, le pregunté a la misteriosa chica su nombre, -¿quién eres?- a lo que respondió -Soy Vannesa, seguro tu eres Esteban. Lamento interrumpirlos, adiós-, pero antes de que lograra cruzar la puerta, Andrea la detuvo, tomó su brazo y cerró la puerta de la bodega. -No te puedes ir, faltaba una invitada en esta fiesta- dijo Andrea, quien de repente le dio un beso en la boca a Vannesa. Vannesa solo se quedó contemplando el deseoso rostro de Andrea, había quedado paralizada con semejante acto, pero aun así respondió de la forma que yo menos esperé. Vannesa, soltó su bolso y se abalanzó sobre Andrea incluso con más deseo que yo. Rápidamente ambas se desnudaron en medio de caricias frenéticas y besos apasionados, debo confesar que ver sus lenguas juntándose y sus pieles rozándose hacían que mi verga se pusiera aún más fuerte, así que decidí dejar de mirarlas como un estúpido y unirme a su juego. Encontré una mesa en medio de esa luz lunar y las invité a subirse en ella, Andrea tomó la iniciativa y se subió, se puso boca arriba y su cabeza quedó colgando de un extremo de la mesa, entonces puse mi dura y caliente verga en ...

... su boca y empecé a penetrarla mientras Vannesa le besaba con pasión el coño del otro lado de la mesa. Es imposible olvidar los gemidos que daba incluso con su boca ocupada. Parecía que no era la primera vez que Vannesa besaba de esa forma a una mujer, tenía experiencia, se le notaba. Por mi parte agarraba con fuerza sus pechos cada vez que sentía que me iba a venir, entonces tenía que sacar mi verga de su boca y besar su piel desde el pecho hasta llegar a su cuello y luego su lengua. Vannesa cada vez se ponía más caliente, así que decidí caminar hasta el otro lado de la mesa para complacerla un poco. Abrí sus nalgas con mis manos y pasé mi lengua por todo su culo hasta llegar al coño, seguí besando su coño mientras tocaba su clítoris con mis dedos, ella en momentos dejaba de besar el coño de Andrea para gemir, y que bien se escuchaba, tenía una voz melodiosa y su carita de niña buena era perfecta. Era como tener un ángel gimiendo encima tuyo. Por otro lado, Andrea quien si era una chica mala completamente, decidió levantarse, besar la boca de Vannesa e invitarla a que se acostara en la mesa. Pero ella se negó y se giró hacia mí -cógeme, debes castigarme por haber llegado tarde a la fiesta- Dijo con voz deseosa y los dientes apretados. Así fue, la acosté en la mesa, abrí sus delicadas piernas y de alguna forma me subí yo también. Quise frotar la punta de mi verga en su clítoris, lo hice un par de veces, pero ella tomó mi verga y la puso en el fondo de su coño sin compasión. ...