1. Dulce y amarga amistad (07)


    Fecha: 07/01/2018, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... Jon, sin terminar de vaciar sus huevos por tercera vez, se vistieron a todo correr, sin limpiarse, con las vergas aún rezumando de semen corrieron por la escalera dejándome solo. -Tú ya conoces a Marcos y no es que sea malo pero me intimida por su gran tamaño, le veo tan masculino, tan hombre que me deja anonadado y no puedo hablar con él aunque me atraía como macho prohibido para mí. Intentaba hacerse mi amigo y acercarse, ¿por complacer a mi madre?, no lo sé. -Me quedé solo después de escuchar cerrarse la puerta principal por mis dos folladores corriendo y asustados. Me duché para quitar todo rastro de semen y olor de mi cuerpo y luego me tendí en la cama esperando las consecuencias de mi acción. No tenía motivo pero estaba asustado pensando en la reacción de Marcos y de que mi madre pudiera enterarse de lo puta que era su hijo. Escuchaba sus movimientos por la plata baja hasta que se abrió la puerta de mi habitación. -He traído comida para cenar, te espero abajo. –Si me hubiera comenzado a gritar no me hubiera asustado más que su silencio. -No me apetece comer, no bajaré. –Ya se había dado la vuelta para bajar y volvió sobre sus pasos. -No he venido a pedírtelo por favor, tómalo como una orden, no quiero que tu madre me culpe por verte tan flaco. –Era muy seco al hablar pero ahora sonreía. -Me levanté y con lo que tenía puesto, la ropa de dormir, le seguí. Tenía encendida la TV y por lo menos así estaría entretenido. Comencé a comer sin ganas, mirándole cuando se levantaba ...
    ... para ir a buscar alguna cosa a la cocina. Se había puesto un viejo pantalón flojo y suelto que le llegaba a las rodillas de color gris y una camiseta sin mangas, de tirantes muy estrechos pegada a su fuerte cuerpo. Su atuendo descuidado le hacía ver muy erótico y masculino, él lo sabía porque a mamá le encantaba verle así y se lo decía sin importarle que yo estuviera delante. Se le veía por el generoso cuello de la camiseta el frondoso vello de su pecho, moreno y ensortijado, los manojos que le salían de las axilas y los que tenía en sus brazos fuertes y poderosos igual que en sus piernas. Era un puro macho semental, mamá los sabía escoger muy bien. -Alfonso, tú y yo no llegamos a simpatizar y ser amigos, ya no puedo ser tu papá, eres grande para eso, pero al menos podíamos llevarnos mejor y ser amigos, yo me esfuerzo. –Me miró levantando la cabeza y dejando el tenedor en el camino con la comida que llevaba a su boca. Su barba de dos o tres días hacía un bello contraste con el verde pálido de los ojos. -Lo sé Marcos, pero… -¿Pero qué?... -No lo sé, me impones, casi me asustas. –Se echó a reír y tuve que sonreírle. -Tenemos que hacer un esfuerzo, lo dos, quizá yo más, para ponerle contenta a tu madre viendo que nos llevamos bien. -No le respondí y solo afirme moviendo la cabeza de atrás adelante dando mi acuerdo a lo que decía. -Mira Alfonso, a mi no me molesta que traigas a tus amiguitos a casa, que además es tuya, pero creo que debías pensar que no es normal traerte a dos y ...
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