1. La verga de Polo. Un relato de adolescente.


    Fecha: 13/09/2017, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Empezamos a coger más a menudo, con la fantasía persistente de que se acostara con alguien y mientras cogíamos, le deslizaba al oído mis perversiones. Llegó el momento en que a ella le empezó a excitar la idea de coger con otro. Una casualidad obró a mi favor. Laura llevó a los niños a la escuela y yo permanecía en la cama ya que había tenido guardia en el hospital la noche anterior. A su regreso vio a un muchacho en un auto estacionado frente a la casa, que le hacía señas. No le hizo caso y entró a la casa. Curiosa, se asomó a la ventana y vio que el muchacho tenía la verga en la mano y se estaba masturbando. Oculta por la cortina, pudo ver toda la maniobra hasta que empezó a lanzar chorros de semen, que captó en su pañuelo. Laura no perdió detalle. Estaba clavada en el lugar, incapaz de moverse por el efecto que la escena le causaba. Cuando el muchacho acabó, entró en nuestro cuarto, se metió a la cama desnuda y me dijo: “Acabo de ver una verga!” Me puso al tanto y noté que estaba muy caliente, así que aproveché para decirle al oído: Te gustó ver otra verga? Una verga diferente a la mía? Como la que acabas de ver? Te gustaría coger con otro? Para que acaricies otra verga, y la mames, y te la metas? Estos temas se los recité al oído cuando cogíamos y a todas las preguntas ella contestó afirmativamente. Obviamente la repetición causó su efecto. Una noche, con un par de copas entre pecho y espalda la encaré y le pregunté si alguna vez había considerado seriamente mi ...
    ... propuesta. Me respondió que estaba muy confundida, pues si bien la calentaba muchísimo mi que yo le insistiera en acostarse con otro,, no sabía si se lo estaba pidiendo formalmente o solo era para calentarnos con la plática que se había hecho habitual en nuestra cama. Glup! Había que decidir en ese momento si se iba a quedar como una fantasía o si deberíamos hacer planes para llevarla a cabo! La miré fijamente a los ojos y le pregunté si aceptaría coger con otro. Me respondió que me dejaba a mí la decisión, pero que si yo así lo decidía, podía contar con ella! Y que si no me enojaba, ¡hasta le encantaba la idea! Cogimos como locos esa noche. Ya nos habíamos dado permiso y habíamos formalizado llevar a cabo nuestra fantasía de varios años. Después de venirnos, y en el postcoitum, Laura me preguntó quién sería el elegido. Yo me había adelantado y había pensado que la única opción era mi amigo Polo. No había nadie a quien pudiera pedirle que se cogiera a mi esposa, y la serie de intimidades que habíamos vivido Polo y yo me facilitaban, al menos, tratar el asunto. Laura me cuestionó la elección y tuve que ponerla al tanto, de lo que había sucedido muchos años antes. Su respuesta fue inesperada! Se calentó nuevamente y cogimos desesperadamente con dos ideas en mente: 1.- Ya teníamos un candidato factible y 2.-A ella también la calentaban mis aventuras homosexuales! Ambos teníamos la duda de si Polo querría coger con ella. Laura fue pragmática y decidió que cualquiera que fuera la respuesta ...
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