1. Aída, su cuñada, el africano y el francés


    Fecha: 15/01/2018, Categorías: Sexo en Grupo Incesto Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... un hormigueo que le subió por las piernas. Luego sintió una explosión de placer, que la hizo sacudirse. Soraya la había llevado al orgasmo de una manera diferente. La corrida fue larga y abundante, una corrida que Soraya fue lamiendo y tragando con la misma lentitud que le había comido el coño. Al acabar de correrse Aida, Soraya, se echó a su lado, y le dijo: -Era una fantasía que pensé que nunca se haría realidad. -¡¿Es el primer chocho que comes?! -Sí. Vi muchos videos de comidas de coño. Tiré muchas pajas, pero nunca antes había estado con una mujer. -¿No te da reparo decir esas cosas delante de extraños? -El moreno entiende muy poco español, y Pier ya sabe de qué pie cojeo. -¿Quieres que te lo coma yo? Tiene su morbo, y con mirones, más. -Me encantaría. Empapada como estoy no te costará hacer que me corra. Aida besó a Soraya... Le comió las tetas. Se puso a cuatro patas y empezó a comer su primer coño, un coño empapado. Lo lamió con la misma lentitud con que Soraya le acabara comiendo el coño a ella. Al rato, exclamaba Soraya: -¡Dios, qué placer! Dame esa polla, Pier. Pier le dio la polla a mamar. Aida estaba que echaba por fuera. -Yo necesito algo dentro, Soraya. El africano, entendería poco el español, pero se colocó detrás de Aida y le puso la polla descapullada en la entrada del coño. Empujó un poquito y no entraba. Aida, poco a poco, fue empujando con su culo hasta que entró aquel cabezón. Al tenerla dentro, exclamó: -¡¡¡Aaaaaah!!! Soraya, le dijo a Aida: -Al ...
    ... tener la cabeza dentro ya es todo disfrutar. El africano se quedó quieto. Aida, ya aceleraba lamiendo el coño de Soraya, y cuanto más la metía y la sacaba, más le gustaba. Al rato... Soraya dejó de mamar la polla de Pier, y le dijo a Aida: -Si sigues me corro. Aida, siguió y Soraya se corrió chillando como una loca. Al acabar de beber la deliciosa corrida de Soraya. Aida quitó la tremenda tranca de su coño, y le dijo al africano: -Ponte boca arriba, moreno. El africano, o entendía bien el español, o leía la mente. Se echó boca arriba para que Aida lo cabalgase. Otra vez entró con trabajo la verga en el coño, pero una vez dentro, Aida, follando al africano, se deshacía en gemidos. Pier, sin decirle nadie nada, se colocó detrás de Aida y le lamió y le folló el culo con la lengua. Luego le puso la polla en la entrada del ojete, y Aida la fue metiendo a su aire. Folló a los dos. Al africano con el coño y al francés con el culo. Follándolos estaba cuando sintió que le ardía el coño. Era el africano que se estaba corriendo dentro de ella. Pier le estaba llenando el culo de leche. Sintiendo los latidos de las dos pollas dentro de su coño y de su culo, le subió una corriente por la espalda... El placer subió, subió y subió de intensidad, hasta que no lo pudo soportar y perdió el conocimiento. Despertó media hora después. El africano y el francés ya se habían ido. Soraya, que estaba a su lado, vestida, le preguntó: -¿Merendamos, Aida? -¿Y tus amigos? -Se fueron. Le volvió a preguntar: ...