1. Las putas de mis vecinas (venirse cada dos meses)


    Fecha: 22/01/2018, Categorías: Anal Masturbación Voyerismo Autor: josuecali, Fuente: xHamster

    ... alcanzó un buen contrato matrimonial, franca y, como la mujer del amigo de mi padre, aburrida, con ganas de conocer a un tipo amable, pero nada puta, claro está. Le expliqué el evento, y le aseguré que era un placer conocerla. Entre mis libros, sólo pensé en su vestido gris rayado, su andar de señora que cuida su aspecto, pero debajo, una mujer que necesita una verga diferente y, sobre todo, una que no sea por compromiso. De nuevo, como habían pasado dos meses aproximadamente, mi cachondez, a la que vino a unirse la otra vecina, la vomitona, fiestera, educada, pero no puta. Suspiré una vez que me vine y seguí con mi vida. Una noche, cuando me preocupaba sólo por tratar de comprender qué pasaba por la mente de Rabelais para expandir de la forma en que lo hizo los delirios sexuales de un sacerdote en las postrimerías de la Edad Media, recibí un mensaje: "Hola, soy tu vecina, ¿me agregas?" ¿Era una broma? Ví la foto, era la muchacha. "Hola", la saludé, e inmediatamente la acepté. DIjo que había ido al evento y había conseguido mi contacto por la empresa. Le pregunté si iba a salir esa noche, y dijo que no, sus padres se habían llevado el carro. Me pasó por la cabeza invitarla yo pero eso sólo garantizaría que se creyera digna de negarse, así que sólo le dije que era muy guapa, que me había sorprendido cuando le llevé el volante. Agradeció, y me preguntó qué hacía despierto y le comencé a platicar de Rabelaís, pero comprendí que no estaría interesada en eso, así que desvié el ...
    ... tema hacia lo que no la aburriría: los halagos. "Los sacerdotes, imagínate", le dije, "los pobres sólo pensaban en mujeres bellas, a las que les pudieran hacer de todo, imagina toda la contensión sexual de esos hombres incapacitados para la virtud, ¿qué hubieran hecho contigo?, pero bueno, ya no estamos en la Edad Media, despreocúpate". "No soy tan guapa", dijo, "exageras". "En verdad lo eres", le dije, "todo lo que te pones te queda bien, se ve que vas al gimnasio"; "no, casi no, necesito aplicarme"; "así ya estás bien, de verdad"; "gracias"; "cuando te vi pensé: qué bárbara, qué cuerpazo"; "gracias"; "si me permites, qué culo"; "gracias, nadie me lo había dicho así"; "qué esperabas, estás tan buena que nadie se atreve a decirlo"; "gracias"; "quizá podamos un día salir, si es que te dejan", dije para provocarla; "puedo hacer lo que quiera", dijo; "no es verdad, eso dices, pero no puedes hacer lo que quieras, en fin, creo que ya me iré a dormir". La muy zorra, me atrajo de la manera siguiente: "podemos salir, y lo que quieras". "¿Por qué no vienes?", le dije, me gustaría mucho tenerte aqui, mirarte el culo, acariciártelo, tenerte de rodillas entre mis piernas, tanto te me antojas". Dejó de responder y en un minuto se desconectó. Típico, no hay putas gratis en el mundo. Me acomodé para dormir y escuché que tocaron el timbre. Era mi vecina, en short de dormir y una blusa de tirantes, y sus pantuflas afelpadas. "Hola", dijo tímida, "¿puedo pasar?" Le abrí la puerta y le dije: ...